Cortita y Buena...


No estaba acostumbrada a ir a casa de compañeros de trabajo y mucho menos a la salida del mismo, ya que al terminar me siento tan cansada que lo único que quiero hacer es llegar a casa y darme un bañito bebiendo una cervecita bien helada.

Pero esa tarde salí de lo cotidiano y me fui a casa de Irene por unos traguitos con plática; total luego llamaba un taxi y llegaba tranquilita a mi hogar…el carro lo había dejado en el estacionamiento del edificio.

Llegando ya a su casa me senté en el sofá de la sala muy cómoda, me desabroché un poco la blusa mientras Irene iba por las chelitas a la cocina. Estaba tan relajada que sin pensarlo me estaba sacando las medias, cuando de pronto entra el marido de Irene que acababa de llegar de su trabajo. No pude dejar de mirarlo, ya que con su mirada me estaba quemando por dentro entera, no podía ocultar lo que ya estaba haciendo porque la falda la tenía arriba en la cintura, dejando a la vista mis tanguitas blancas y el recorrido completo por mis piernas ya desnudas.

Me extrañó mi forma de actuar, mejor dicho de no actuar…sin nervios y ninguna incomodidad…fui bajando mi falda lentamente, me senté nuevamente guardando mis medias en la cartera y me puse los tacones para no levantar sospechas…total Irene era tan despistada…que si me preguntaba algo, fácilmente le decía que me las había quitado en la oficina.

Irene al sentir abrir la puerta entró en la sala y saludó con un fuerte abrazo a su marido, pero no dejaba de mirarme muy detalladamente…el ambiente era extraño que había entre los dos, una complicidad única y rápida nos cogió sin darnos cuenta.

Fuimos presentados y todo el procedimiento correspondiente en estos casos, pero el acercamiento de su boca en mi mejilla con un leve hola y un suave y muy despacio “deliciosa”…hizo que me recorriera el cuerpo un escalofrío extrañamente exquisito.

Quedamos sentados frente a frente mientras Irene hablaba y hablaba de todo y nada a la vez, reíamos siguiendo la línea de la plática, pero mi boca no paraba de saborear mis labios con sabor a cerveza y él se mordía los suyos por cada lamida mía…claro que todo esto sin que su mujer se diera cuenta.

Irene fue a buscar unos traguitos y a preparar algo para picar dejándonos acompañados por una humedad que brotaba de mi y de un sin fin de sensaciones y emociones que casi explotaban…

Él, desde el otro lugar, apenas susurrando me dice “tócate”…no dudé ni titubeé y mis manos fueron bajando por mis piernas mientras él se acariciaba su pene por encima del pantalón, en una posición bien cómoda donde podía ver todo lo que acontecía en su cuerpo. Fui subiendo y llegué hasta mi zorrita pasando lentamente mis dedos por encima, masajeaba e iba abriendo mis piernas para que me viera…corrí mi tanguita para que no se perdiera detalle alguno.

Sentía una sensación que me corría de pies a cabeza, el morbo de que me mirara mientras me acariciaba con su mujer en la cocina, donde podría llegar en cualquier momento, era tan enorme, que mis jugos escurrían salvajemente. Era delicioso sentirme deseada y desear de esa forma, sin poder tocarnos y guiándonos sólo con la mirada.

Su verga dura ya se reflejaba en el pantalón y eso me llevó a meterme un dedo en mi conchita; no pudo evitar apretar su pene y morder sus labios cuando penetré con el segundo dedo…los metía y los sacaba…estaba que ardía de tanto calor…

Sentimos los pasos de Irene y saqué mis dedos llevándomelos a la boca robándole un Uffff, él puso su maletín en las piernas tapándose. Bajé mi falda y pregunté donde estaba el baño. Necesitaba refrescarme un momento. En ese instante suena el teléfono e Irene le dice a su esposo que me dirigiera hasta allá…

Me guió por el pasillo y al doblar apenas me agarra fuertemente devorándome casi con un tremendo beso…me da unos golpecitos en la boca con su mano y metiendo los dedos también diciéndome “Puta” al cual le respondo: “Puta…pero no tuya”. Me toma y me sube hasta sus caderas sin parar de besarme y con su mano iba sacando ese palo palpitante, duro y goteante, me corrió la tanga y me atraviesa de un golpe y sin compasión…uffff…deliciosa penetración; me subía y me bajaba, era exquisito cabalgar esa verga, de ese casi extraño que me tenía casi al borde con sólo mirarme.

Estaba caliente hasta lo más extremo…era increíble!!! Me estaban culiando mientras Irene hablaba por teléfono a casi cinco metros de nosotros. Cada embestida me llevaba a la cima…le agarré la boca con la mía y comencé a acabar, tragándome mis gemidos; él cogió mis cabellos muy fuerte dejando mi cabeza hacia atrás y me da una clavada profunda, otra y otra llenándome de leche y mordiendo mi cuello…dejando mi zorrita llenita de esa crema blanquecina y ardiente que me quemaba el interior.

Lo miré mientras me bajaba de su verga y le digo: “CORTITA Y BUENA EH”…si, cortita y buena zorrita rica me responde regresando a la sala…

Entré al baño aún sin poder creer lo que había pasado casi en las narices de mi compañera de trabajo…me refresqué un poco, arreglé mi ropa y salí…

No podía seguir ahí junto al hombre que me había servido hace unos minutos, así que me excusé diciendo que ya era tarde y debía irme…agradecí la invitación a Irene y a su esposo aún más…pero sólo en mi conciencia…

Arriba del taxi me doy cuenta que por mis piernas chorreaba su leche mezclada con mis jugos…no pude evitar pasar mis dedos por ahí y lamerlos…Grave error…me dieron unas enormes ganas de más…





Todos los derechos Reservados. Prohibida la copia y reproduccion del contenido de este sitio.
CIF: Sensualidad y Erotismo http://www.alondrasensualidadyerotismo.blogspot.com/
Registro (c) Copyright: ® DIN 189297780000
Gerente By: www.copyrightwww.com




0 comentarios: