Despedida


Ya no quedaba nada de lo que alguna vez tuvimos, estar juntos era algo tan monótono que las charlas ya casi me las sabía de memoria…lo quería mucho pero ya nada era lo mismo…

Lo llamé a su trabajo para que nos juntáramos a cenar y así hablar de nosotros; le pareció extraño lo que le dije y me preguntó:

-Mi amor de que tenemos que hablar?, te pasó algo que yo no sepa…_me decía con un tono muy preocupado

-No es nada, sólo quiero que hablemos de nuestras cosas y cenemos rico, dime tú donde y nos juntamos…_le dije como para cambiar de tema.

-Te parece en mi departamento?, tú tienes llave de el y así me esperas allá, ya que demoraré 20 minutos más aproximado de lo normal…_me dijo muy satisfecho de la propuesta que me hacía.

_Claro no hay problema, yo te espero…_le dije y me despedí con un mal sabor de boca, no se, me hubiese gustado que comiéramos fuera, en un lugar divertido donde cenar, platicar y si se podía, bailar un ratito…pero bueno, era algo que no me sorprendió.

Al colgar el teléfono recordé aquellas primeras palabras que entrecruzamos, los nervios del primer me gustas y la primera emoción de ese te quiero que acarició mis oídos, mi cuerpo y mi alma intensamente.

Una corriente recorrió mis entrañas, sentí cuando sus manos se unieron a las mías, cuando me fue quitando cada una de mis prendas poniendo un beso casi succionando mis poros por primera vez…

Recordé cuando su boca devoraba mis labios y nuestras lenguas bailaban al compás de nuestro deseo, cuando sus dedos llegaron hasta mi cueva ardiente y se perdían dentro suavemente bañados por el bálsamo que brotaba a mares por mi pasión hacia él…

Que momentos aquellos. Que sensaciones vividas…nuestras entregas eran cada una un espectáculo de deseo, de lujuria y amor, la mezcla perfecta para unirnos y no querer parar nunca más de sentirnos. Nuestras bocas degustaban nuestros sexos palpitantes, el sudor que nos cubría era un aliciente para suplicar por la unión de su verga a mi conchita y recibirnos con un suave gemido, intenso y terminar con gritos extasiados de tanto placer…

No me di cuenta que mis manos ya habían llegado a mi hoguera, estaban masajeando suavemente por encima de la tanguita; pero al recordar nuestros últimos encuentros sentí rabia y una impotencia tan grande…que no pude seguir. Aquella llama que ardía entre nosotros, ya no existía.

Ya era casi la hora de mi salida y tomé mis cosas para dirigirme a su departamento. No demoré en llegar, ya que fui bendecida por los semáforos. Al llegar dejé mis cosas en el sofá, adorné la mesa y puse unas velas para hacer la velada agradable como aquellos días, cuando el romance era algo que jamás faltaba en nuestra mesa…

Ya estando todo listo tomé unas toallas y fui a darme un bañito rico para quitarme el cansancio del día…el agua estaba exquisita y la disfrutaba tanto que no me di cuenta que él había llegado, sólo lo escuché cuando estaba en la puerta…

-Mi amor te traje la bata que te gusta y las tanguitas que dejas acá. Que bueno que estés recién bañadita, adoro cuando tu cabello largo y mojado cae por tu cuello y tu espalda…_escuchaba sus palabras y me emocionaron mucho, ya que adoraba cuando al salir de la ducha él me esperaba con la bata en las manos y me miraba, me daba un beso y me arropaba para que no me diera frío…

Cerré la regadera, salí y no estaba esperándome como antes, mi corazón se apretó al mismo tiempo que mi garganta de tristeza, tomé la bata y me cubrí rápidamente para que absorbiera el resto de agua de mi cuerpo, me puse la tanguita y salí a la sala donde estaba él sentado en el sofá con unos papeles del trabajo…

-Me doy cuenta que tienes mucho trabajo en la oficina, ya que no paras ni cuando estás en casa y menos cuando estás conmigo…_le dije sarcásticamente mientras me servía una copa de vino.

-No es mucho, pero quise adelantar un poco; ya sabes que no me gusta dejar nada para última hora…_me respondió sin mirarme y menos se dio cuenta del tono sarcástico como le hablé.

Me bebí el vino y llené mi copa nuevamente, me acerqué y me senté a su lado sin decir nada en absoluto, mirando como poco a poco otra vez lograba ver el fondo de la copa. Mi garganta seguía apretada y no me salían las palabras, sólo mis ojos comenzaron con una sudadera sin parar, mis lágrimas caían a la copa salando mi vino y él seguía preocupado de sus papeles.

-Lo siento pero ya no puedo, no puedo más con todo esto y no significa que me moleste tu trabajo, entiendo que es importante y siempre ha sido así al igual que el mío; pero antes nos dábamos el tiempo para nosotros sin dejar de lado nuestras cosas personales o laborales…ahora ya casi no hablamos y sólo no reunimos para tener sexo por desahogo o como un ritual del cual nos acostumbramos y le somos fieles…_le decía sin parar de llorar y temblar de impotencia.

-Mi amor…no creo que sea así, sabes que me preocupo por ti ya que eres la mujer que amo y deseo con todas mis fuerzas, eres hermosa y me haces sentir el hombre más importante con tus detalles, eres la única que me soporta y me apoya incondicionalmente. Mi amor dime que quieres que haga para demostrarte que sin ti no puedo ser feliz.._me decía al mismo tiempo que me abrazaba y besaba mis ojos, mis labios y quitaba mi cabello mojado de mi cara.

Me quitó la copa y la puso en la mesita de centro mientras acariciaba mis mejillas y siguió besándome apasionadamente como a mí tanto me encantaba. Yo quería decirle todo lo que sentía, lo que me dolía y que ya no quería seguir en una relación donde cada uno hace su vida…pero mi cuerpo empezó a entregarse a ese hombre que estaba volviendo a ser el que me conquistó y me hacía suya con sólo decirme hola…

Su boca era deliciosa y su aliento en mi cuello hacía que mi cuerpo se llenara de contracciones y temblara con sus palabras al oído…

-Extrañaba tus besos amor, esos que me enloquecen y no sabes cuanto me excitan cuando a la vez tus manos me aprietan hacia tu cuerpo…_le decía mientras devoraba mi cuello y mis hombros quitándome la bata, bajándola lentamente.

Me recostó en el sofá mientras se quitaba la camisa y la corbata, terminó por dejarme con mis pechos al aire y sólo con mi pequeña tanguita rosada…preparada para recibir sus caricias deliciosas…con su bello torso desnudo me cubrió y mis pezones se erectaron con el roce de su piel, posó sus labios en mi boca y fue bajando con su lengua traviesa succionando mis pechos, lamiendo mi abdomen arrancando de mis gemidos deliciosos, provocando una ansiedad y un deseo irresistible a que llegara a mi rincón ardiente que en ese momento con un solo roce lo más probable es que estallaría…

Acariciaba su cabello mientras con su mano acarició suavemente la parte interna de mis muslos llegando hasta mi conchita, acercó su boca y por encima de la tanguita comenzó a lamer haciendo que mi desesperación se volviera inmensa. Con sus dedos corrió la tanguita y su boca trémula atrapó mis labios carnuditos, suaves y sin bellos succionando mi clítoris de una forma que casi me hacía gritar…

-Te gusta mi amor?, me encanta el sabor que tienes, eres deliciosa y tus jugos…mmm…son exquisitos, adoro como late tu interior y como sale el vapor ardiente de esta cueva que es mía y solamente mía. Siente perrita, siente como te como mi amor…_me decía mientras se devoraba toda mi boca ardiente.

-Que rico papito, así mi amor…ahhh…que rico te comes mi conchita, sigue amor, méteme tus dedos papito, quiero sentirte dentro y apretarte mientras me comes la concha amor…_le suplicaba gozando de una manera casi desbordada, apretando casi su cabeza contra mi sexo deseoso…

Su dedo se perdió en mi hoguera, mis pezones apuntaron al techo y mis gemidos no paraban de salir de mí, sentía que me moría y llegaba al cielo con cada penetrada de sus dedos con su boca lamiendo y lamiendo mi clítoris sensible…ya no podía más y él conocía mi cuerpo como nadie.

-Hay mamacita estás llegando, vente mi amor así rico, escúpeme tu orgasmo en mi boca, quiero sentir en mi lengua todo tu sabor perrita rica…_me decía mientras clavaba sus dedos profundo, con su boca lamía y con su otra mano apretaba mis pezones.

-Ohhh mi amor, papito rico…mmm…sigue amor que me vengo, me vengo amor en tu boca…mmm…cosita mía…ohhhh ohhh…así que rico amorcito, dame amor mío, dame fuerte…ahhh…ahhh…ahhh…ohhh…ohhh…_que orgasmo sentí, era un cabrón que si sabía comerse una conchita…si

Mientras me recuperaba de tocar el cielo, me masajeaba y besaba mis piernas haciendo que me llenara de escalofríos…mi macho si sabía hacer sentir a una mujer y yo quería sentirlo en mi boca, quería mostrarle lo hembra que soy, necesitaba del sabor de su verga, quería en mi lengua la suavidad de su glande, quería ver como el hilo de su transparente lubricación unía su pico a mi boca…

-Mi amor quiero lamer tu verga ya…_no tuve más que decir y se levantó poniendo su entrepierna frente a mi cara, que quería salir empujando y casi rompiendo el pantalón…

Me levanté sentándome en el sofá quedando frente a él y no dejaría que ese pene delicioso estuviera más tiempo lejos de mi boca…disfrutaba tanto sentir como se endurecía en mi boca, como se iban marcando esas venas y latía con cada atragantada de mi hambrienta boquita golosa. Le fui bajando su pantalón liberando esa verga rica que necesitaba saborear con más ganas que nunca, deseaba sentir su hombría en mi boca.

Lo cogí por la base y pasé mi lengua por sus bolas, las lamía y me encantaba hacerlo; metía una en mi boca y luego la otra. Fui descubriendo todo su tronco, dejando a la vista un glande suave y se me hizo agua la boca, por lo cual mis labios se fueron acercando poco a poco sin dejar de mirarlo directo a sus ojos y sin dejar de masajear sus testículos; mi lengua recorrió todo el anillo formadito de su pene mojándolo para ir luego metiendo lentamente ese pico en mi boca que moría por ser penetrada. Abrí bien para que sintiera como chocaba con mi garganta, lo apreté hacia mi boca y así sintiera como si la atravesara, lo masturbaba con mi garganta lo más que podía aguantando la respiración y luego lo sacaba de mi boca llena de saliva, lo miraba con mis ojos llenos de lágrimas y volvía a clavarme ese pico delicioso.

-Ay cosita rica mía, que rico lo chupas perrita mía…ohhh…sabes muy bien como se come una verga…ahhh…ahhh…mamita rica, así chupa rico tu pico perrita golosa, te amo más que nunca mi vida y mucho más cuando me besas la verga…_me dijo gozando pero con lo último sonrió.

-Calla tontito que me desconcentras y siente…haber espera como fue eso de que me amas más cuando te chupo la verga…_le dije

-Oh mi amor si supieras lo bien que lo chupas, que tuve que decir algo para evitar acabar mi amor, das unas mamadas exquisitas…_me decía apuntando su pico duro hacia mi boca.

Abrió un poco sus piernas mientras se sacaba el pantalón, me agaché y comencé a lamer desde sus bolas llegando con mi lengua hasta su culito apretadito; me encantaba lamerlo y al mismo tiempo pajear su verga, me gustaba saber que disfrutaba de mi y gemía tan delicioso…lo guié para que se recostara, así podría lamerlo y disfrutarlo más…

-Que rico se siente mi amor, sentir como gozas cada vez que te lamo enterito…dime mi amor te gusta? Te gusta como te devoro todito…_le preguntaba sin dejar de lamerlo y besarlo por todos lados.

-Mi amor me tienes ardiendo, quiero sentirte mientras voy entrando en ti, quiero que tu zorrita me atrape y me quemes con tu calor…_me dijo con la boca seca de tanto jadear.

Lo tenía desnudo frente a mi, con su cuerpo palpitando casi por completo, deseante como a mi me encantaba. Era como el mejor afrodisíaco para mis sentidos, cuando su piel y su cuerpo pedía a gritos por mi, por mis caricias.

Se sentó en el sofá masajeando su verga dura como palo y mirándome como me iba montando en sus piernas frotando mi conchita por su tronco, besándole el cuello, lamiendo sus hombros y succionando su boca con todos mis deseos.

Ahincada entre sus muslos fui llegando hasta su verga, quedando mi orificio chocando con la cabeza de su pico, mojándolo con mis jugos y empecé a moverme en círculos frotándolo para que se desesperara…cosa que adoraba. Fui bajando poco a poco, devorándome y tragándome toda su carne hasta que no quedara nada fuera…ahhh…que sensación más deliciosa sentirme perforada por su pene, él me abrió el culito y terminó por llenarme de él…ahhh…

Me agarré de sus manos en alto para darme mejor empuje en mis cabalgadas lentas pero intensas; subía y bajaba por su pene bañándolo de mi, dejándolo todo mojadito con mis jugos que brotaban como llave por el deseo y lo delicioso que sentía.

Ahí estaba montando a mi potro como la yegua que era, me sentía completa con su carne dentro de mi, él me agarró de las caderas empujándome hacia su pene…ahhh…sólo quería sentir como me clavaba todo…si todo dentro de mi…Me eché para atrás sintiendo delicioso…Le extendí mi mano con mi cara traviesa…

-Levántame hacia ti mi vida._le dije con la mejor voz de mando que me salió

Me tomó con fuerza y le dije al oído que quería montarlo de espalda…sabía que le encantaba que le montara así, ya que podía ver como entraba en mi y de paso ver y acariciar mi hoyito apretadito…si, el hoyito de mi culito…

En cuclillas encima del sofá le puse mi cola en la cara y su lengua lamió desde mi conchita hasta mi culito, fui bajando hasta llegar a su pene y fui tragando con mi hoguera toda su leña que me tenía encendida. Era delicioso clavarme en él y sus gemidos me tenían a mil, esos gemidos como de dolor…ahhh…ahhh…eran exquisitos y producían en mi algo más y más fuerte…ahhh…ahhh…

-Mamita quiero sentir tu culito apretadito, déjame entrar en el, déjame sentirme atrapado por todo tu ser._esas palabras…ohhh…que palabras, como evitar decir que si a esas palabras…no me pueden culpar por dejarme seducir por su voz ronquita pidiendo mi rajita.

-Es todo tuyo cielo, sabes que me pones como tú quieras con esas palabras salidas de tu boca deliciosa._le dije casi suplicando que me rompiera mi culito.

Con su pico aún en mi conchita, comenzó a acariciar mi culito, metiendo un dedito y mojando con mis propios jugos que lo tenían todo mojado…ahhh…sentía mi culo penetrado con sus dedos y mi conchita con su pene…ahhh…ahhh…quería más carne dentro de mi culito y le pedí su verga con tanto deseo que sus piernas temblaron casi.

Apoyada en el sofá y él parado detrás de mi, preparando todo para esa embestida final que tanto me gustaba…sentir su leche llenando toda mi rajita…mmm…era una de las cosas que más me encantaban…Escupió en sus dedos y me mojó mi hoyito para luego apuntar su verga directo hacia mi no me importaba si lo hacía de un viaje o haciendo paradas…sólo quería que estuviera dentro de mi…si, lo quería dentro. Sólo había terminado de pensar eso, cuando empiezo a sentir como su verga dura iba entrando en mi culito…ahhh…sin paradas pero lento, si lentamente, amigablemente…me ardía dentro pero nada era más importante que sentirme de él completa.

Su pene ya estaba dentro de mi y mis dedos se fueron directo hasta mi conchita inflamada de tanto sentir verga, pero me gustaba sentirla así, gordita y sensible, apta para acariciarla mientras él me clavaba el culito agarrado de mis caderas para empujarse más y más dentro de mi…ahhh…ahhh…que rico dios mío…era delicioso y con mi pensar traje a todos mis santos, ya que sentía que el aire se me iba del cuerpo.

-Mi amor…ayyy mi amor…clávame todo, rompe tu culito mi vida, si mi amor, clávame toda que me muero si no lo haces…todo siii…ahhh…ahhhh_ que santos, sólo me importaba su verga en mi culo…

-Eres mi putita rica, si que lo eres, si te contoneas toda comiéndote toda mi verga, perrita deliciosa si que eres golosa…ahhhh…ohhh…mamita no aguanto más, no puedo más con tu rico culo comiendo mi pico…ahhhh…ahhh…._ sus gemidos y palabras me llevaron con él y también me veía tremendo.

-Vente mi amor, lléname toda, si toda mi rajita con tu leche caliente, ahora papito, si ahoraa…ahhh…ahhh…que voy contigo_ nos veníamos juntos deliciosamente y yo más al sentir sus chorros ardiendo dentro de mi…ahhh…ahhh…ohhhh…ohhhh

Nos quedamos recostados en el sofá respirando con las fuerzas que nos quedaban y con su pene aún en mi culito…me gustaba cuando empezaba a decaer poco a poco y luego salía acompañado de su leche blanquita…

Mientras estábamos descansando, comencé a recordar toda nuestra vida juntos; los buenos y los malos momentos…pero todos nuestros mejores momentos eran en la cama o donde tuviéramos sexo, lo demás eran sólo momentos juntos…nada más que eso.

Me levanté y comencé a vestirme sin decir nada mientras él encendía un cigarrillo como si no se diera cuenta de lo que me pasaba. Tomé todas mis cosas llegando a una conclusión…si quería buen sexo lo podía buscar o quizá encontrar otro ser que me brindara placer y no seguir en una relación que no dejaba nada.

Me acerqué a él y besé sus deliciosos labios y le dije: Hasta siempre amor y sonreí, di media vuelta y caminé en retirada…pero como no podía dejar mi estilo de dejar una huella, retrocedí y le dejé aquella pequeña tanguita de esta última vez.

Más placer en mi vida luego de esto…mucho; pero como ya saben…es otra historia.


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Cortita y Buena...


No estaba acostumbrada a ir a casa de compañeros de trabajo y mucho menos a la salida del mismo, ya que al terminar me siento tan cansada que lo único que quiero hacer es llegar a casa y darme un bañito bebiendo una cervecita bien helada.

Pero esa tarde salí de lo cotidiano y me fui a casa de Irene por unos traguitos con plática; total luego llamaba un taxi y llegaba tranquilita a mi hogar…el carro lo había dejado en el estacionamiento del edificio.

Llegando ya a su casa me senté en el sofá de la sala muy cómoda, me desabroché un poco la blusa mientras Irene iba por las chelitas a la cocina. Estaba tan relajada que sin pensarlo me estaba sacando las medias, cuando de pronto entra el marido de Irene que acababa de llegar de su trabajo. No pude dejar de mirarlo, ya que con su mirada me estaba quemando por dentro entera, no podía ocultar lo que ya estaba haciendo porque la falda la tenía arriba en la cintura, dejando a la vista mis tanguitas blancas y el recorrido completo por mis piernas ya desnudas.

Me extrañó mi forma de actuar, mejor dicho de no actuar…sin nervios y ninguna incomodidad…fui bajando mi falda lentamente, me senté nuevamente guardando mis medias en la cartera y me puse los tacones para no levantar sospechas…total Irene era tan despistada…que si me preguntaba algo, fácilmente le decía que me las había quitado en la oficina.

Irene al sentir abrir la puerta entró en la sala y saludó con un fuerte abrazo a su marido, pero no dejaba de mirarme muy detalladamente…el ambiente era extraño que había entre los dos, una complicidad única y rápida nos cogió sin darnos cuenta.

Fuimos presentados y todo el procedimiento correspondiente en estos casos, pero el acercamiento de su boca en mi mejilla con un leve hola y un suave y muy despacio “deliciosa”…hizo que me recorriera el cuerpo un escalofrío extrañamente exquisito.

Quedamos sentados frente a frente mientras Irene hablaba y hablaba de todo y nada a la vez, reíamos siguiendo la línea de la plática, pero mi boca no paraba de saborear mis labios con sabor a cerveza y él se mordía los suyos por cada lamida mía…claro que todo esto sin que su mujer se diera cuenta.

Irene fue a buscar unos traguitos y a preparar algo para picar dejándonos acompañados por una humedad que brotaba de mi y de un sin fin de sensaciones y emociones que casi explotaban…

Él, desde el otro lugar, apenas susurrando me dice “tócate”…no dudé ni titubeé y mis manos fueron bajando por mis piernas mientras él se acariciaba su pene por encima del pantalón, en una posición bien cómoda donde podía ver todo lo que acontecía en su cuerpo. Fui subiendo y llegué hasta mi zorrita pasando lentamente mis dedos por encima, masajeaba e iba abriendo mis piernas para que me viera…corrí mi tanguita para que no se perdiera detalle alguno.

Sentía una sensación que me corría de pies a cabeza, el morbo de que me mirara mientras me acariciaba con su mujer en la cocina, donde podría llegar en cualquier momento, era tan enorme, que mis jugos escurrían salvajemente. Era delicioso sentirme deseada y desear de esa forma, sin poder tocarnos y guiándonos sólo con la mirada.

Su verga dura ya se reflejaba en el pantalón y eso me llevó a meterme un dedo en mi conchita; no pudo evitar apretar su pene y morder sus labios cuando penetré con el segundo dedo…los metía y los sacaba…estaba que ardía de tanto calor…

Sentimos los pasos de Irene y saqué mis dedos llevándomelos a la boca robándole un Uffff, él puso su maletín en las piernas tapándose. Bajé mi falda y pregunté donde estaba el baño. Necesitaba refrescarme un momento. En ese instante suena el teléfono e Irene le dice a su esposo que me dirigiera hasta allá…

Me guió por el pasillo y al doblar apenas me agarra fuertemente devorándome casi con un tremendo beso…me da unos golpecitos en la boca con su mano y metiendo los dedos también diciéndome “Puta” al cual le respondo: “Puta…pero no tuya”. Me toma y me sube hasta sus caderas sin parar de besarme y con su mano iba sacando ese palo palpitante, duro y goteante, me corrió la tanga y me atraviesa de un golpe y sin compasión…uffff…deliciosa penetración; me subía y me bajaba, era exquisito cabalgar esa verga, de ese casi extraño que me tenía casi al borde con sólo mirarme.

Estaba caliente hasta lo más extremo…era increíble!!! Me estaban culiando mientras Irene hablaba por teléfono a casi cinco metros de nosotros. Cada embestida me llevaba a la cima…le agarré la boca con la mía y comencé a acabar, tragándome mis gemidos; él cogió mis cabellos muy fuerte dejando mi cabeza hacia atrás y me da una clavada profunda, otra y otra llenándome de leche y mordiendo mi cuello…dejando mi zorrita llenita de esa crema blanquecina y ardiente que me quemaba el interior.

Lo miré mientras me bajaba de su verga y le digo: “CORTITA Y BUENA EH”…si, cortita y buena zorrita rica me responde regresando a la sala…

Entré al baño aún sin poder creer lo que había pasado casi en las narices de mi compañera de trabajo…me refresqué un poco, arreglé mi ropa y salí…

No podía seguir ahí junto al hombre que me había servido hace unos minutos, así que me excusé diciendo que ya era tarde y debía irme…agradecí la invitación a Irene y a su esposo aún más…pero sólo en mi conciencia…

Arriba del taxi me doy cuenta que por mis piernas chorreaba su leche mezclada con mis jugos…no pude evitar pasar mis dedos por ahí y lamerlos…Grave error…me dieron unas enormes ganas de más…





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