SABORES DE FAMILIA (primera parte) De mi autoría




Mi hermano, con su tremenda verga, atravesó mi concha,
mi culito virgen y después me penetró doble con un vibrador



Desperté el lunes muy temprano, (mi esposo se había ido el domingo en la noche a trabajar, ya que lo hacía fuera de la ciudad). Mientras preparaba el desayuno de mi hija llama mi esposo, me dice que a la tarde llega mi hermano menor (Jorge de 23 años y yo tengo 26 años) y se va a quedar unas semanas. El motivo era que tenía una entrevista en una empresa relacionada con la computación. Mi esposo le había ofrecido la casa ya que sabe que somos muy unidos, sabía que no me iba a molestar y que me iba a alegrar ya que estaba muy sola en la casa.

Apenas supe, me alegré mucho ya que mi Jorgito chico, mi bebé será mi compañía y tendré con quién conversar. Le arreglé una habitación y puse una fotografía de nosotros dos en la playa, él tenía 16 y yo 19. Estaba ansiosa ya que no lo veo desde hace 3 años, ya que Jorge estudiaba al norte del país y yo vivo al sur.
Después de limpiar la casa y preparar la cena, me fui a dar un baño. Cuando salía del baño tocan la puerta y me dicen desde afuera…

-Hermanita soy yo, el Jorge, ábreme…me alegré tanto que fui sólo con la toalla a recibirlo.

Abro la puerta y lo veo, ya no era mi niño pequeño, era todo un hombre de 23 años, alto1,83 y para que decir, muy apuesto y varonil. Lo abrazo muy fuerte y de la emoción se me cae la toalla, a la altura de mi ombligo la alcanzo a agarrar y me cubro. No puedo negar que sentí algo extraño por todo mi cuerpo cuando lo vi entrar, tan varonil y cuando lo abracé un escalofrío recorrió mi piel, claro que por la emoción de verlo, no pensé mucho en aquél momento.

-Que recibimiento es ese, así sales a abrir la puerta? Cualquiera estaría feliz de que alguien con ese forrazo le recibiera. Mucho cuidadito hermanita…me dijo con una voz ronca y más o menos enojado.

-Menos mal que eres tú. No te enojes tanto. Espérame que voy a vestirme, deja tus cosas ahí después las llevo a tu habitación. En la mesa hay fruta y en el refrigerador hay jugo de mango natural, se que es tu favorito…estás en tu casa.

-Apúrate no más, no quiero que estés así toda pilucha, puede venir alguien y eres mi hermana, ahora estás a mi cuidado, antes lo hacías tú, pero yo seré quien te proteja…me dijo con voz de mando.

-De dónde salió este hombre, recuerda que soy tu hermana mayor y me se cuidar…le dije sonriéndole

-Ya anda y vístete, te puedes enfermar…sacó una manzana de la mesa y sonrió.

Me vestí rápidamente, algo ligero y bajé. Lo abracé otra vez y le dije

-Que bueno que estés aquí, me sentía tan sola. Además hace tiempo que no te veía. Ahora que estás aquí podremos conversar, me la paso todo el día sola, sólo hablo con la Monse chica cuando llega del colegio.

-Pero cómo puedes decir eso? Ya no tienes amigos? Siempre fuiste muy sociable. Tus amigos se peleaban por estar contigo, eras la reina de la fiesta. Que te ha pasado hermanita? Físicamente estás igual y podría decir por la escena de la puerta que estás mucho mejor…dónde te compraste ese par de melones?...antes los tenías grandes, pero ahora son inmensos. Además como eres delgada y de linda cintura se te ven enormes. Menos mal que eres mi hermana o si no cooperabas de frentón. Recuerdo que mis amigos me contaban que se corrían varias en tu nombre, por eso siempre peleaba con ellos…soy tu hermano y era mi deber. Pero tu mirada es triste, estás como apagada…qué te ha pasado?

-No se que me ha pasado, ya nada me entusiasma, me miro en el espejo y es como si no me viera.

-Sabes que puedes contar conmigo…me dijo con una carita que derretía a cualquiera…

-Lo se y ahora que estás conmigo, se que será todo diferente. Recuerda que te voy a sacar provecho, serás mi conejillo de indias.

La semana pasaba, Jorge iba a la empresa y hacía sus diligencias, después llegaba y conversábamos de todo. Siempre me levantaba antes que todos en la casa, como era de costumbre, pero ese miércoles extraño fue muy diferente…digo extraño, ya que ese fue el comienzo de unas muy diferentes sensaciones en mi cuerpo.

Jorge estaba duchándose en el baño y por el vapor dejó la puerta entreabierta, la cortina que cubría la ducha era transparente y se vislumbraba la silueta casi perfecta de mi hermano. Su cuerpo bronceado y desnudo era un espectáculo para dioses. No pude alejarme del lugar, hice lo imposible por mantener mi presencia en secreto y así poder disfrutar de los movimientos de sus manos recorriendo su cuerpo, era alucinante.

Sin darme cuenta, Jorge ya había notado que yo estaba allí y sin ninguna extrañeza me pide si le alcanzo una toalla, mis nervios de sentirme culpable, hizo que al entregar la toalla, saliera disparada del lugar. Creí que me diría algo, pero no hizo ni un sólo comentario, mi apreciación hacia él era diferente y ya nada podía hacer al respecto.

El viernes en la mañana, antes de ir a lo de sus trámites, lo escuché que está discutiendo por celular con una mujer, él le decía que no era su culpa y hablaba de la naturaleza, no pude escuchar mucho ya que el sonido del celular contra la pared me asustó.

-Jorge qué pasa? Le dije luego que salió de la habitación súper enojado… me miró algo extrañado

-Ahora escuchas las conversaciones de los demás?

-No me hables así!...yo estaba pasando por fuera y te escuché discutir, no sabía que pasaba por eso me quedé y escuché algo.

-Qué escuchaste?

-No mucho. Dime qué te pasa por favor. De qué no tienes la culpa

-Disculpa hermana, pero ahora no. Hoy me dan la respuesta en la empresa si es que quedo contratado y no quiero hablar, estoy nervioso. Te parece que a la noche conversemos y nos tomemos unas cervecitas o unos roncitos.

-Si, sería genial

Jorge se va a la empresa y yo empecé a ordenar la habitación, recogí lo que quedó de celular y veo unas fotos en el suelo, las tomé y era él con una mujer abrazados. Ella se veía unos años mayor que Jorge, pero era muy atractiva. Debo decirles que me puse un poco celosa al verlo abrazado a una mujer, yo no le conocí ninguna noviecita y ahora verlo tan apuesto, no se. También me quedó la duda, de si era con ella que estaba discutiendo tan acaloradamente, que era eso de que no es su culpa, la naturaleza. Era una conversación muy extraña.

Era la tarde y llegó mi hija del colegio, estaba muy entusiasmada ya que su mejor amiga la había invitado a una pijamada en su casa, me rogaba que le diera permiso y si se podía quedar todo el fin de semana, que el papá de su amiga la venía a buscar y a dejar. No lo pensé mucho y le dije que si, así estaría más tranquila y podría tomar unos buenos tragos, relajarme y conversar libremente con Jorge, podré preguntarle de la mujer de la foto y contarle con detalles lo que me pasa.

Mi hija ya estaba lista, le preparé el bolso, íbamos bajando la escalera y sonó la bocina del papá de su amiga, me dio un beso y se fue.
Ya eran las 9 de la noche y Jorge no había llegado y tampoco llamado, eso me preocupó un poco, pero las noticias malas son las primeras que se saben. Me dirigí al refrigerador y saqué una cerveza heladita, me senté en el sofá y encendí la tele, pasé por casi todos los canales y me detuve en el canal porno, era una escena muy apasionada y como estaba sola no temí que mi hija se diera cuenta y seguí observando los movimientos y escuchando los gemidos de ellos al sentirse. Estaba muy entusiasmada, que no me di cuenta que mi hermano me miraba.

-Qué está viendo la cochinilla? Mira que gustos tienes ahora.

-No seas así, estaba entretenida y me sorprendiste. Dime mejor cómo te fue?

-Me fue genial, quedé contratado. Traje un roncito y unas cervezas, pero vamos a empezar por las cervezas ya que tú te adelantaste.

Se sentó al frente, empezó a contarme cómo había sido todo, cuánto le van a pagar, etc. Lo que yo quería saber era lo de la mujer, de la conversación que tuvo en la mañana, pero él estaba tan alegre y lo dejé narrar un poco más. Al rato, ya íbamos por la cuarta cerveza cada uno y ataqué con la pregunta del millón…

-Con quién estabas discutiendo en la mañana? Entré a la habitación y encontré todo tirado, también había unas fotos en el suelo…quién es esa mujer con la que estás abrazado? Es tu novia o algo? De qué no eres culpable?...por favor dime, ya que he estado todo el día preguntándome que es lo que pasa.

-Para, para, son muchas preguntas a la vez. Primero quiero saber de ti, no hemos estado solos y no he podido preguntar bien. Dime si eres feliz, si el estúpido con el que casaste es el culpable de esa cara de aburrida. Te ha golpeado a ti o a la niña, cuéntame.

-No, no es eso, el problema creo que soy yo.

-Pero dime que es, no le tienes confianza a tu Jorge? Yo ya te vi en cueros, te conozco entera ahora. Dime lo que pasa. Yo ya soy un hombre y conozco de todo un poco. Cómo sabes si te puedo ayudar.

-Me da un poco de vergüenza, pero necesito hablar con alguien de esto que me está pasando. Lo que pasa es que no me siento mujer, ya no siento mi cuerpo.

-Cómo es eso, explícate bien!

-Ya nada me excita. Cuando estoy con Claudio (mi esposo), no me mojo, siento dolor en vez de placer. Además Claudio no me prepara, sólo me penetra, me da unos cuantos besos y listo. Él no tiene un pene demasiado grande, pero me molesta y el dolor hace que no pueda sentir. He comprado un vibrador, para ver si el problema era él, pero creo que soy yo.

-Pero con un cuerpo como el tuyo, no creo que seas tú. Debería pegarse un una piedra en el pecho a tener tremendo forro durmiendo a su lado, él debería acariciarte, recorrerte entera, aprovechar cada espacio de ti, besarte completa. Debe ser por eso que te duele, ya que según tú, Claudio no tiene un pene muy grande…sus palabras fueron a dar a otro lugar más abajo que mis oídos. Jorge me producía algo muy extraño cuando me miraba y peor fueron sus palabras. Tuve que cortar la conversación para otra parte y opté por preguntarle por lo de la mañana.

-Jorge, cambiando un poco el tema y hablando de ti, qué pasó en la mañana?

-Lo que pasa, es que hablaba con mi ex novia, bueno no hablábamos, discutíamos siempre de lo mismo. Lo que pasa es que yo también tengo un problema y bien grande por decirlo así…tengo el pene muy grande y grueso, mide 22cms de largo y no le he medido la circunferencia, pero esta mujer decía que le dolía la mandíbula cuando se lo metía a la boca. Yo le decía que no era mi culpa y que la naturaleza me hizo así de esta forma. Pero ella no lo soportó y me dejó. Tengo que confesarte que es a la única mujer que se lo he puesto y eso me tiene encabronado. Disculpa que te lo cuente así tan abiertamente, pero también necesitaba hablar con alguien y la única persona en la cual confío, eres tú y sólo tú.

Sus palabras fueron penetrando mi mente y llenándome de imágenes morbosas. No se si sería el trago o la falta de orgasmos en mi vida, no se, pero mi cuerpo era más fuerte que yo y mi mente cómplice de él. La inteligencia desapareció y lo único que salió de mi mente fue la siguiente pregunta, seguida de un delatador suspiro…

-Pero es demasiado grande y gruesa?

Mi respiración entrecortada y no se que cara puse o cómo lo miraba, Jorge sonríe muy travieso. Se acercó y se sentó a mi lado, tomó mis manos, con intención de tranquilizarme. Sucedió todo lo contrario, mi cuerpo empezó a temblar por completo, no me salían palabras…empiecé a pedirle perdón por lo que pasaba, que lo sentía mucho. Las lágrimas no demoraron en brotar, me sentía ridícula y le dije que no se que me estaba pasando, que estaba mal, pero que su presencia producía en mi cosas que creía olvidadas.

-Perdóname Jorge, te lo suplico, esto es algo nuevo para mi…él me calló con un apretado e intenso beso…ese beso, ese exquisito beso, me paralizó, me levanté de pronto y le dije que lo dejáramos así, ya que habíamos bebido bastante y que mejor nos íbamos a dormir. Me despedí de él y subí a mi habitación. Jorge me mira desorientado.

En mi habitación, me recosté en la cama sin ropa, ya que el calor que sentía por el alcohol y la situación en si, hizo que la ropa molestara en mi cuerpo. Traté de dormir, juro que traté, pero mi corazón y mi mente se confabularon y sólo recreaban el momento anterior con mi hermano, sumándole fantasías prohibidas y fascinantes. No sabía que hacer, empecé a acariciarme, gemía, no lo podía controlar, pensar en el beso que nos había unido…era terrible. De pronto sentí que alguien golpea la puerta (sólo podría ser Jorge, ya que estábamos solos), le dije que pase. Le vuelvo a pedir disculpa, parecía ya una tonta, ya que con mi mirada decía todo lo contrario. Él se acercó a mi cama y me dijo…


-Para mi no es nuevo, no te sientas así. Yo he vivido con esto casi toda mi vida, desde que mis pantalones casi reventaban cuando te veía en traje de baño. Recuerdo las pajas que me corría oliendo tus braguitas chiquitas empapadas en tu aroma. Golpeaba a mis amigos cuando hablaban de ti por los celos. Siempre he querido decírtelo, pero jamás me atreví hasta ahora. Cuando llegué y te vi en cueros, no se cómo no te diste cuenta de mi mirada, después en la ducha, sabía que me estabas mirando desde que entraste y hoy después de tus reacciones, me siento en las nubes, ya que me he dado cuenta que igual sientes deseo por mi.

-Pero Jorge esto no está bien, somos hermanos, yo te amo y debería respetarte…me calló otra vez con un beso más apasionado que el anterior y no dudó en introducir su lengua gruesa dentro de mi boca, la cual acepté de inmediato.

Pero mi mente decía que no estaba bien y lo alejé, le dije que no, que mejor me dejara tranquila, que es el alcohol el que nos tenía confundidos, pero él tenía más fuerza que yo y me clavó otro beso. El forcejeo me puso caliente al máximo y ver a ese bello hombre queriendo poseerme, sólo quería sentirlo, no pensé más y me entregué a tan delicioso incesto. La emoción era nuestra guía, nuestros cuerpos se deseaban y ya nada podíamos hacer. Jorge empieza a sacarme la ropa con desesperación…

-Que ricas tetas te gastas hermana, son tan grandes y suaves, tus pezones duritos…que rico cosita mía, porque eres mía y ahora te lo voy a demostrar…mmm… que te siento rica hermanita. Sus palabras me tenían drogada, su boca caliente apretaba mis duros pezones y sus grandes manos masajeaban mis pechos, mientras mi conchita estilaba de placer.

-Jorge, hace tiempo que no sentía tanto placer y tienes que ser tú quién me devuelva esta sensación tan exquisita que creí jamás volver a sentir. Lo besaba, le acariciaba la cabeza, empecé a desvestirlo sin dejar de besarlo, ya que la emoción de tener a mi propia sangre disfrutando mi cuerpo, era completamente alucinante.

-Hermanita, quiero enseñarte lo que el estúpido de Claudio debería hacer contigo entre sus brazos y te darás cuenta que el problema no eres tú, mírate y siente que sólo he besado tus pechos, ya verás de lo que soy capaz de hacerte. Quiero realizar mi sueño de sentirte y hacerte sentir, quiero devorarte por completa…

ya en ese momento me tenía completamente desnuda, sólo con las braguitas negras y él estaba con bóxer, pero su verga chocaba contra mi pelvis queriendo atravesarme…

-Quiero comer tu conchita cosita rica, deja que pruebe tu sabor después de tanto tiempo soñando con hacerlo.

-Has lo que quieras conmigo, soy tuya…dejé de hablar y empiezó a bajar mis braguitas dejando mi almejita a descubierto, ya que estaba toda mojada. Su boca no demoró en acercarse y lamer todo mi jugo, succionaba mi clítoris duro y palpitante y mis paredes vaginales latían sin poder controlarlas, quería que me lo metiera todo.

-Siempre supe que eras una perra, mi hermana es una zorra caliente exquisita, tu vagina es de un sabor único, es delirante. Tu cuerpo me quiere cierto, me desea cierto?...dime que desde que llegué me has deseado, dime la verdad.

Tenía razón, desde que lo vi entrar, cuando lo abracé, mi cuerpo empezó a reaccionar diferente, su mirada y su porte me producía una ansiedad, pero creía que se trataba de el amor de hermana y la alegría de verlo después de tanto tiempo…pero no era así, al sentir su cuerpo cerca, me estremecía y ahora se porque, lo deseaba!

-Desde que llegaste, cada vez que te tenía cerca, quería sentirte más y más cerca… empecé a besar su pecho peludito y muy bien formado, su tronco era ancho y largo (Jorge trabajaba su cuerpo con ejercicios), lamí sus tetillas y bajé cada vez más, le fui bajando los bóxer y le dije casi suplicando…

-Déjame saborear tu polla, quiero lamerla toda, quiero beber tu elixir, dame ese placer.

-Es tuya mi amor, cómetela toda…quiero que saborees lo que pronto te romperá. -Pero no te asustes, ya que seré cuidadoso cuando te penetre, porque lo voy a hacer…

-Fui bajando sus bóxer y me enfrenté cara a cara con un tremendo pene y creo que lo que dijo del porte, fue modesto…

Era una verga hermosa, con un glande precisamente formado, las venas de ese tronco lo hacía más deseosa. Traté, juro que traté de meterme todo ese pedazo de carne dentro de mi boca, quería hacerlo sentir todo lo que mi garganta me permitiera, mis ojos lloraban, sentía que me ahogaba, pero no me importaba, era inmenso ese palo, era exquisito y mejor aún ya que era de mi hermano. Le lamía las bolas

-Siéntate en mi cara, quiero lamer tu culo y tus bolas al mismo tiempo…le dije, puso su culito en mi cara, mi lengua revoloteaba en su culo y con mi mano apretaba y jalaba su gruesa y dura pollona.

-Hermana me estás comiendo el culo…mmm…creo que voy a reventar, deja que te penetre.

-No!... quiero saborear tu primera leche en mi garganta. Me la puso cerca de la boca, la tomé por los testículos y la introduje en mi boca chocando con mi garganta, apretándola y empiezo a ordeñar ese casi gritado orgasmo y a la vez tragando su sabrosa leche.

-Cosita mía…mmm…ohohoh…traga, traga todo

-Dame toda tu leche mi amor, quiero llenarme de ti una y otra vez, quiero que me llenes por todas partes.

Jorge después de ese gran orgasmo recibido por mi garganta, me tendió en la cama y sin demorar un segundo, lo sentí devorando mi conchita palpitante, mi clítoris estaba duro y rojo, mi almeja babeaba y él se tragaba todo mi elixir

-Quiero sentirte dentro…le digo casi delirando.

Jorge agarró su verga que ya estaba dura otra vez y empiezó a rozar mi orificio sin meterla, esa desesperación me estaba matando, la quería dentro, él lo sabía, pero lo hacía a propósito…levantó mis piernas a la altura de sus hombros y comenzó a abrirse paso entre mis entrañas poco a poco. Yo estaba toda mojada, pero su tronco era tan grueso, que le costaba entrar, mi desesperación era cada vez más intensa. Estaba metiéndola hasta que doy un gemido intenso, cuando chocó con mi útero, después de ese magnífico preámbulo, tuve mi primer orgasmo desde hace ya mucho tiempo. Su grueso miembro me estaba atravesando, estaba rompiendo deliciosamente mi caliente y chorreante vagina. Ya dentro de mi vagina, empezó a bombear mi concha con movimientos lentos hasta que le dije…

-Quiero que me cojas fuerte, estoy desesperada, rómpeme Jorge, soy tuya mi amor…él tomó mis piernas en sus brazos y se levantó conmigo ensartada, atornillada en su polla, me afirmó contra la barra que estaba en mi ventana y empezó otro bombeo aún mejor, ya que su pelvis rozaba la mía, otorgando un placer más intenso.

Me subía y me bajaba, yo sujetaba su cuello, no paraba de besarlo. Con sus manos sujetaba mi culo, podía levantarme como él quería…de pronto sentí que sus dedos comienzaron a buscar mi culito (virgen hasta ese momento) sin dejar de empuñar su grueso tronco en mi muy apretado hoyito. Jorge se dio cuenta que estaba a punto de correrme, pero me tenía preparado algo mucho mejor.

-Quiero tu culito hermanita, te juro que seré gentil

-Está bien, pero muy despacio, ya que tienes muy grueso y largo tu pene.

-No te preocupes…me levantó en sus brazos, sacando su verga de mi interior (dejándome con una desesperación, ya que estaba apunto)

Me puso en el borde de mi cama con la cola bien levantada, sacó un poco de mi lubricación, de ese chorro blanco y espeso que brotaba de mi y se untó su palo palpitante y de paso mi culito, pasó su lengua suavemente por mi ano probando mi sabor y no demoró en comerlo apasionadamente.

Su lengua punteaba mi orificio anal intercambiando con sus dedos, tratando de prepararme para la gran empuñadura. Puso su grande y gordo glande en la entrada y empiezó a empujar poco a poco, mientras yo me acariciaba para no pensar en el dolor y el ardor que estaba sintiendo. Lo iba metiendo hasta que atravesó algo dentro de mi y él dio un gran gemido…

-Lo tengo metido hasta las bolas mi amor, ahora voy a meterlo suave…

Ya el dolor estaba siendo reemplazado por un placer diferente y a la vez desesperante. Metí mi mano por entremedio de mis piernas y así poder acariciar y masajear sus bolas, Jorge gemía…mmm…ohohoh…se desesperó y embistió más rápido y fuerte. Me clavaba mi culito y cambiaba a mi conchita, el culito y mi conchita, era exquisito, los gemidos llenaban la habitación. Me tomó por las caderas, sin sacar su verga de mi culo y se recostó en la cama…

-Móntame con tu culo hermanita rica, vamos dame tus mejores movimientos ahora que te tengo clavada como siempre había querido.

Sentada en él, me recosté en su pecho, afirmé mis pies en sus piernas para moverme mejor, Jorge masajeaba mis pechos con una de sus manos y la otra trabajaba mi clítoris. Yo me comía su palo, subía y bajaba de su palo delicioso, bañando su tronco con mis jugos. Con tanto movimiento espectacular, salió a relucir mi vibrador que guardaba bajo mi almohada, le dije si podía darme por el culo y meter el aparato en mi concha.

-Sería genial, cosita. Eres golosa y rica, tal cual te imaginé por tantos años…sacó su pene de mi culo y yo se lo empecé a chupar sintiendo mi sabor (era delicioso). Me puse en cuatro, Jorge penetró mi concha y metió el vibrador por mi culo.

-Que visión hermanita…mmm…eres muy rica, tan complaciente y golosa, eres la mejor, no quiero perderte jamás…mmm…ohhhh…ahhhh.

-Quiero tu pene en mi culo, pásame el vibrador para meterlo yo en mi concha, así me lo podrás meter con más fuerza y rico, quiero sentir como me llenas con toda tu carne…dame fuerte por tu culo, ya que ahora te pertenece…él me penetró el culo agarrando mis posaderas y yo me introducí el bendito aparato. La vibración nos llegaba a ambos, que no pudimos resistir tanta maravilla.

-Hermana, ya no puedo más, me corro…mmm…me voy dentro de tu culo, no aguanto.

-Yo tampoco puedo más…mmm…vamos juntos mi amor, mi gran amor. Tengo mis dos orificios llenos, que rico, dame…mmm…ohhh…ahhh

El orgasmo fue maravilloso, lo mejor que he probado en mi vida. Mi hermano y su tremenda verga, mi culo ya no era virgen y mejor aún, mi culo y mi concha habían sido penetradas al mismo tiempo. Si nos hubiesen visto. Nos quedamos mirando unos segundos y nos besamos tiernamente.

-Eres golosa perrita mía, te gustó? Tenías todo lleno…me encantó, le dije y lo besé.

Al otro día nos volvimos a dar una revolcada aún más salvaje (aprovechando que nadie iba a estar en la casa), pero esta vez alguien nos miraba por la ventana. Pero ya les contaré esa historia


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