Mi mejor amiga me enseñó el placer
Tiare y yo éramos las chicas maravillas, así nos decían nuestros amigos más cercanos, porque según ellos, las dos estábamos candentes de buena. Ella era mi mejor amiga, compartíamos un departamento en el centro de la ciudad desde que salimos de la universidad, éramos confidentes, ella sabía lo caliente que me ponía con tan sólo ver a un hombre, me decía que yo no podía ver una verga, ya que hacía todo lo posible por sentirla dentro mío. Decía que yo no sabía lo que quería.
Todo comenzó un viernes por la tarde (día que jamás podré liberar de mi mente). Venía llegando de hacer unas compras, Tiare estaba viendo unas películas porno y tomando unos tequilas con limón y sal (lo hacíamos todos los fines de semana, cuando no salíamos de parranda). Ella me mira y dice:
-Llegaste, ya era hora. Estoy viendo unos videos que renté, quieres un traguito?..._sus palabras fueron más dulces que de costumbre… -Si por favor, tengo una sed enorme, pero primero a la ducha ya que estoy agotada…_le dije y me fui rápido para el baño…
-Apúrate, así conversamos un rato. Más tarde va a venir Pilar, una nueva amiga que conocí en Internet, es muy simpática. He estado hablando con ella hace ya varios meses y hoy nos conoceremos…_me gritó desde la sala
-Claro sería genial, una noche entre chicas…_le respondí Me duché súper rápido, ya que me encantan las películas cochinitas, me puse sólo una pijama cortita y me dirigí a la sala. Tiare estaba muy callada viendo la tele, eran unas películas de mujeres.
-Crees tú que ellas pueden sentir tanto? …mira como se acarician, sus caras, se nota que sienten de verdad. En las otras (heterosexuales) ellas sólo gritan y las tratan como animales…_me dijo...
-Tienes razón, es verdad que los hombres las maltratan un poco, pero es rico cuando te dan unas nalgadas y mejor aún sentir un exquisito pene dentro de la conchita. Además las mujeres podemos saber un poco más sobre las partes sensibles y delicadas, pero la verga la tienen ellos…_le dije con mi voz queriendo sentir en ese momento… -
No es necesario un hombre para darte placer, existen diferentes formas, si tú supieras…_Me habló como si se estuviera callando algo, la notaba muy diferente, le molestaba mi forma de ver las cosas.
_Tay no te enojes, sabes que me gustan los hombres y quizá por eso hablo. Te he contado todo lo que he disfrutado con ellos y me encanta. Cuando te posee un verdadero hombre, no hay nada mejor…_le dije un poco más tranquila
-Pero no puedes decir que sólo ellos te pueden hacer sentir, si jamás has sido acariciada por una verdadera mujer..._me habló un poco enojada -Y está bien…_Me acerqué a ella y me llamó la atención sus ojos, estaban con un brillo como si estuviera a punto de estallar en llanto.
–Tiare que pasa? -Tengo que confesarte algo que está ocurriendo en mi vida hace ya tiempo y no me he atrevido a contarte. Pienso que me vas a rechazar y ya no serás mi amiga…_me dice
-Qué pasa dime, sabes que somos cómplices en todo, somos amigas y puedes confiar en mi, yo te cuento todo lo que me pasa…_La abracé, la miré y se veía tan bella (ella es muy atractiva y ambas somos de enormes pechos, pero en ese momento era hermosa, su timidez la hacía resplandecer). Me miró y se acercó, me dio un beso suave en los labios; eso me sorprendió pero me produjo una cercanía a ella jamás sentida. Ella se dio cuenta que su beso no me molestó y empezó a besarme cada vez más apasionadamente.
Las caricias fueron aumentando, eran unas caricias muy diferentes para mi, estaba asustada pero a la vez muy emocionada, ella era mi amiga, mi mejor amiga y nos estábamos entregando. Era un placer único, apasionado, pero cada vez aumentaba mi deseo por ella, como si fuéramos la una para la otra. Tiare empezó a desvestirme poco a poco besando mi cuello, mis hombros, mis brazos, mi abdomen. Mi cuerpo se estremecía de placer con cada caricia que ella me regalaba.
-Quiero besarte, me gustó tu boca. –le digé...
Ella sonrió, me entregó un exquisito beso y me dijo que sólo unos besos me van a llevar a un mundo que jamás olvidaré. Se veía tan hermosa, tan suave, su aroma dulce era tan especial. Nunca se habían preocupado tanto por cada espacio de mi cuerpo, la deliciosa emoción y mi excitación estaban a mil y sin penetración. Ya me tenía desnuda encima del sofá.
Lentamente empezó abriendo mis piernas mientras su lengua bandida recorría mis muslos hasta llegar a mi conchita peladita (me gusta mantenerla así), yo estaba destilando mi placer, lamió mis labios inferiores y después sigue desde el orificio de mi vagina hasta llegar al clítoris que estaba erecto desde que empezamos a besarnos. Fue como si una luz inmensa quitara de mis ojos una gran venda. Que sensación, que placer, mi cuerpo se estremecía por completo sin poder evitar que de mi boca nacieran gemidos muy fuertes.
-Tay lo que haces es perfecto -Te gusta? -Si, me encanta, que delicia. Puedo hacerlo yo, quiero sentir tu sabor…le dije casi suplicando…
-Te atreves querida, a mi no me molesta seguir haciéndolo -Por favor, tú me guía y me dices si lo estoy haciendo bien…
Me levanté del sofá, un poco mareada por el placer que estaba sintiendo, nos besamos tan rico. Bajé por sus grandes y enormes pechos y mordí sus pezones, ella gemía. El sonido de su voz me hacía delirar, sentir de esa forma era de un placer incomparable. Le dije que se pusiera de pie, abrí poco a poco los botones de su camisa hasta dejarla desnuda.
La había visto miles de veces sin ropa, pero ahora la miraba diferente. Jamás había puesto la atención en el camino de sus curvas, seguí recorriéndola con mis manos sin dejar de memorizar la suavidad de sus poros, fui bajando más hasta llegar a su tan esperada vagina. Su sabor era armonioso, ella separó las piernas, me arrodillé ante ella y comencé a experimentar el calor de su sexo.
Tiare gimió, eso hizo que el deseo de sentirla se apoderara de mi mente, mi lengua recorrió cada espacio de su conchita gordita y su orificio era apretadito. Sus piernas comenzaron a temblar, la recosté en la alfombra y le puse una almohada en la cabeza, seguí besando su capullo. Noté que salía vapor de su vagina y su clítoris era una roca. Introducía mi dedo en su hoyito mientras mis labios se apoderaban de su erecto clítoris. -No pares, sigue…mmm, hay que rico, lo haces muy bien para ser tu primera vez…ah ah…mmm
-Tú me pones así de caliente, eres sabrosa, no puedo dejar de hacerlo, me encanta…_le decía con su conchita en mi boca… Seguí disfrutando de todo su sexo, noté que se estremecía cada vez más rápido.
-Acabo cariño, estás haciendo que acabe…oh oh oh…mmm…ah ah ah…Acababa tan rico, esos gemidos me tenían desesperada, ya no sabía que hacer, su espiración agitada y su voz hizo que me pusiera ardiendo. Me abrazó y me besó apasionadamente, casi por dejarme sin aliento, me llevó al sofá, nos seguimos besando, el sabor de mi sexo estaba en su boca y el de ella en la mía. No puedo explicar con palabras lo que ocurría en mi interior.
-Abre tus piernas, rodea con una mi cintura de tal forma que quedemos como entrelazadas, como si dos tijeras se unieran por el centro, así podremos unir nuestras vaginas y sentiremos como una sola…me dijo sin parar de besarme. De tal forma quedamos unidas que el calor que emanaba de nuestras conchitas empezó a quemarnos, estábamos pegadas, calientes, sentía que me moría. Nos rozábamos tan rico…
-mmm, cosita que bien te siento, le decía. La desesperación y el deseo, eran desbordante. Nos movíamos como locas, pero locas de lujuria, apretábamos nuestros cuerpos sin querer separarnos jamás, nos pertenecíamos.
-Te deseo, te siento rico mi vida, jamás había pensado que existía algo así, no puedo resistir…_le digo apretándola muy fuerte. Nuestras conchas chocaban con tan frenesí, nuestros movimientos eran cada vez más rápidos que empecé a acabar muy profundo. -Me vengo cosita, vente conmigo, seamos una, ya no aguanto, le digo desesperada-
-Voy contigo…mmm, ah ah ah…oh oh oh oh, que rico cosita. Que orgasmo tan maravilloso, las contracciones no paraban, el éxtasis explotaba, fue espectacular. Estuvimos así, sudadas, abrazadas, desnudas; sólo nuestra respiración acelerada y nuestros corazones latiendo al unísono se podía escuchar. No se cuanto tiempo pasó. De repente sonó el citófono, Tiare se levantó a contestar, era Pilar, la nueva amiga de ella, la que había conocido por Internet. Rápidamente me fui al baño a refrescarme un poco, Tiare se puso la camisita que llevaba puesta anteriormente y se dirigió a abrir la puerta.
-Hola Pilar, adelante pasa, estoy con mi mejor amiga, de la que te hablé…_le dijo Tiare -Le contaste?, dime que te dijo, se enojó contigo, por favor responde Tay, me muero de la curiosidad…_le dijo su amiga -No tuve que decir palabras…_le respondió Tiare y le empezó a contar lo sucedido a grandes rasgos como si ella entendiera todo. Yo estaba en el baño y de ahí escuché todo lo que le dijo. Al escuchar como con tanta pasión narraba, la emoción volvió a mi mente y recorrió mis entrañas. Salí a la sala y ahí estaban ellas, Tiare hermosa y Pilar no se quedaba atrás, era también muy atractiva.
-Te sirvo un traguito rico para que te refresques?...nosotras ya estamos saboreando uno, me dice Tiare. -Ok, le dije y se me arranca un suspiro. Ambas sonrieron. Conversamos un rato, me contaron como se habían conocido y que a veces hacían cosa por la cámara del Chat.
-Que tipo de cosas, les pregunté con una curiosidad inmensa y con deseo de saber más. Me cuentan que a menudo se acariciaban mientras se observaban y que hoy concretarían su unión… --Quieres participar? Me dice Pilar y sin que alcance a responder me arranca un gran beso.
-–Que rico, tiene sabor a sexo, me dice sonriendo muy pícaramente. Tiare ven, démosle algo que jamás olvidará. Tiare me besó con dulzura mientras Pilar se comía mis pechos, me tendieron en la alfombra. No soporté, cedí de nuevo. Mi amiga besaba mis pechos y mi boca y Pilar se devoraba mi mojada conchita deseosa. Nos fuimos alternando, cual de las tres más golosa, era una entrega total.
-Traje un regalito para que compartamos. Pilar sacó de su bolsa un consolador doble y ahí quedó la grande. Bueno ese día lo tengo guardado en mi mente como un tesoro, no he vuelto a estar con hombres, con Tiare lo tengo todo y más, amistad, cariño, amor, sexo y si queremos compañía y lujuria, llamamos a Pilar.
Todo comenzó un viernes por la tarde (día que jamás podré liberar de mi mente). Venía llegando de hacer unas compras, Tiare estaba viendo unas películas porno y tomando unos tequilas con limón y sal (lo hacíamos todos los fines de semana, cuando no salíamos de parranda). Ella me mira y dice:
-Llegaste, ya era hora. Estoy viendo unos videos que renté, quieres un traguito?..._sus palabras fueron más dulces que de costumbre… -Si por favor, tengo una sed enorme, pero primero a la ducha ya que estoy agotada…_le dije y me fui rápido para el baño…
-Apúrate, así conversamos un rato. Más tarde va a venir Pilar, una nueva amiga que conocí en Internet, es muy simpática. He estado hablando con ella hace ya varios meses y hoy nos conoceremos…_me gritó desde la sala
-Claro sería genial, una noche entre chicas…_le respondí Me duché súper rápido, ya que me encantan las películas cochinitas, me puse sólo una pijama cortita y me dirigí a la sala. Tiare estaba muy callada viendo la tele, eran unas películas de mujeres.
-Crees tú que ellas pueden sentir tanto? …mira como se acarician, sus caras, se nota que sienten de verdad. En las otras (heterosexuales) ellas sólo gritan y las tratan como animales…_me dijo...
-Tienes razón, es verdad que los hombres las maltratan un poco, pero es rico cuando te dan unas nalgadas y mejor aún sentir un exquisito pene dentro de la conchita. Además las mujeres podemos saber un poco más sobre las partes sensibles y delicadas, pero la verga la tienen ellos…_le dije con mi voz queriendo sentir en ese momento… -
No es necesario un hombre para darte placer, existen diferentes formas, si tú supieras…_Me habló como si se estuviera callando algo, la notaba muy diferente, le molestaba mi forma de ver las cosas.
_Tay no te enojes, sabes que me gustan los hombres y quizá por eso hablo. Te he contado todo lo que he disfrutado con ellos y me encanta. Cuando te posee un verdadero hombre, no hay nada mejor…_le dije un poco más tranquila
-Pero no puedes decir que sólo ellos te pueden hacer sentir, si jamás has sido acariciada por una verdadera mujer..._me habló un poco enojada -Y está bien…_Me acerqué a ella y me llamó la atención sus ojos, estaban con un brillo como si estuviera a punto de estallar en llanto.
–Tiare que pasa? -Tengo que confesarte algo que está ocurriendo en mi vida hace ya tiempo y no me he atrevido a contarte. Pienso que me vas a rechazar y ya no serás mi amiga…_me dice
-Qué pasa dime, sabes que somos cómplices en todo, somos amigas y puedes confiar en mi, yo te cuento todo lo que me pasa…_La abracé, la miré y se veía tan bella (ella es muy atractiva y ambas somos de enormes pechos, pero en ese momento era hermosa, su timidez la hacía resplandecer). Me miró y se acercó, me dio un beso suave en los labios; eso me sorprendió pero me produjo una cercanía a ella jamás sentida. Ella se dio cuenta que su beso no me molestó y empezó a besarme cada vez más apasionadamente.
Las caricias fueron aumentando, eran unas caricias muy diferentes para mi, estaba asustada pero a la vez muy emocionada, ella era mi amiga, mi mejor amiga y nos estábamos entregando. Era un placer único, apasionado, pero cada vez aumentaba mi deseo por ella, como si fuéramos la una para la otra. Tiare empezó a desvestirme poco a poco besando mi cuello, mis hombros, mis brazos, mi abdomen. Mi cuerpo se estremecía de placer con cada caricia que ella me regalaba.
-Quiero besarte, me gustó tu boca. –le digé...
Ella sonrió, me entregó un exquisito beso y me dijo que sólo unos besos me van a llevar a un mundo que jamás olvidaré. Se veía tan hermosa, tan suave, su aroma dulce era tan especial. Nunca se habían preocupado tanto por cada espacio de mi cuerpo, la deliciosa emoción y mi excitación estaban a mil y sin penetración. Ya me tenía desnuda encima del sofá.
Lentamente empezó abriendo mis piernas mientras su lengua bandida recorría mis muslos hasta llegar a mi conchita peladita (me gusta mantenerla así), yo estaba destilando mi placer, lamió mis labios inferiores y después sigue desde el orificio de mi vagina hasta llegar al clítoris que estaba erecto desde que empezamos a besarnos. Fue como si una luz inmensa quitara de mis ojos una gran venda. Que sensación, que placer, mi cuerpo se estremecía por completo sin poder evitar que de mi boca nacieran gemidos muy fuertes.
-Tay lo que haces es perfecto -Te gusta? -Si, me encanta, que delicia. Puedo hacerlo yo, quiero sentir tu sabor…le dije casi suplicando…
-Te atreves querida, a mi no me molesta seguir haciéndolo -Por favor, tú me guía y me dices si lo estoy haciendo bien…
Me levanté del sofá, un poco mareada por el placer que estaba sintiendo, nos besamos tan rico. Bajé por sus grandes y enormes pechos y mordí sus pezones, ella gemía. El sonido de su voz me hacía delirar, sentir de esa forma era de un placer incomparable. Le dije que se pusiera de pie, abrí poco a poco los botones de su camisa hasta dejarla desnuda.
La había visto miles de veces sin ropa, pero ahora la miraba diferente. Jamás había puesto la atención en el camino de sus curvas, seguí recorriéndola con mis manos sin dejar de memorizar la suavidad de sus poros, fui bajando más hasta llegar a su tan esperada vagina. Su sabor era armonioso, ella separó las piernas, me arrodillé ante ella y comencé a experimentar el calor de su sexo.
Tiare gimió, eso hizo que el deseo de sentirla se apoderara de mi mente, mi lengua recorrió cada espacio de su conchita gordita y su orificio era apretadito. Sus piernas comenzaron a temblar, la recosté en la alfombra y le puse una almohada en la cabeza, seguí besando su capullo. Noté que salía vapor de su vagina y su clítoris era una roca. Introducía mi dedo en su hoyito mientras mis labios se apoderaban de su erecto clítoris. -No pares, sigue…mmm, hay que rico, lo haces muy bien para ser tu primera vez…ah ah…mmm
-Tú me pones así de caliente, eres sabrosa, no puedo dejar de hacerlo, me encanta…_le decía con su conchita en mi boca… Seguí disfrutando de todo su sexo, noté que se estremecía cada vez más rápido.
-Acabo cariño, estás haciendo que acabe…oh oh oh…mmm…ah ah ah…Acababa tan rico, esos gemidos me tenían desesperada, ya no sabía que hacer, su espiración agitada y su voz hizo que me pusiera ardiendo. Me abrazó y me besó apasionadamente, casi por dejarme sin aliento, me llevó al sofá, nos seguimos besando, el sabor de mi sexo estaba en su boca y el de ella en la mía. No puedo explicar con palabras lo que ocurría en mi interior.
-Abre tus piernas, rodea con una mi cintura de tal forma que quedemos como entrelazadas, como si dos tijeras se unieran por el centro, así podremos unir nuestras vaginas y sentiremos como una sola…me dijo sin parar de besarme. De tal forma quedamos unidas que el calor que emanaba de nuestras conchitas empezó a quemarnos, estábamos pegadas, calientes, sentía que me moría. Nos rozábamos tan rico…
-mmm, cosita que bien te siento, le decía. La desesperación y el deseo, eran desbordante. Nos movíamos como locas, pero locas de lujuria, apretábamos nuestros cuerpos sin querer separarnos jamás, nos pertenecíamos.
-Te deseo, te siento rico mi vida, jamás había pensado que existía algo así, no puedo resistir…_le digo apretándola muy fuerte. Nuestras conchas chocaban con tan frenesí, nuestros movimientos eran cada vez más rápidos que empecé a acabar muy profundo. -Me vengo cosita, vente conmigo, seamos una, ya no aguanto, le digo desesperada-
-Voy contigo…mmm, ah ah ah…oh oh oh oh, que rico cosita. Que orgasmo tan maravilloso, las contracciones no paraban, el éxtasis explotaba, fue espectacular. Estuvimos así, sudadas, abrazadas, desnudas; sólo nuestra respiración acelerada y nuestros corazones latiendo al unísono se podía escuchar. No se cuanto tiempo pasó. De repente sonó el citófono, Tiare se levantó a contestar, era Pilar, la nueva amiga de ella, la que había conocido por Internet. Rápidamente me fui al baño a refrescarme un poco, Tiare se puso la camisita que llevaba puesta anteriormente y se dirigió a abrir la puerta.
-Hola Pilar, adelante pasa, estoy con mi mejor amiga, de la que te hablé…_le dijo Tiare -Le contaste?, dime que te dijo, se enojó contigo, por favor responde Tay, me muero de la curiosidad…_le dijo su amiga -No tuve que decir palabras…_le respondió Tiare y le empezó a contar lo sucedido a grandes rasgos como si ella entendiera todo. Yo estaba en el baño y de ahí escuché todo lo que le dijo. Al escuchar como con tanta pasión narraba, la emoción volvió a mi mente y recorrió mis entrañas. Salí a la sala y ahí estaban ellas, Tiare hermosa y Pilar no se quedaba atrás, era también muy atractiva.
-Te sirvo un traguito rico para que te refresques?...nosotras ya estamos saboreando uno, me dice Tiare. -Ok, le dije y se me arranca un suspiro. Ambas sonrieron. Conversamos un rato, me contaron como se habían conocido y que a veces hacían cosa por la cámara del Chat.
-Que tipo de cosas, les pregunté con una curiosidad inmensa y con deseo de saber más. Me cuentan que a menudo se acariciaban mientras se observaban y que hoy concretarían su unión… --Quieres participar? Me dice Pilar y sin que alcance a responder me arranca un gran beso.
-–Que rico, tiene sabor a sexo, me dice sonriendo muy pícaramente. Tiare ven, démosle algo que jamás olvidará. Tiare me besó con dulzura mientras Pilar se comía mis pechos, me tendieron en la alfombra. No soporté, cedí de nuevo. Mi amiga besaba mis pechos y mi boca y Pilar se devoraba mi mojada conchita deseosa. Nos fuimos alternando, cual de las tres más golosa, era una entrega total.
-Traje un regalito para que compartamos. Pilar sacó de su bolsa un consolador doble y ahí quedó la grande. Bueno ese día lo tengo guardado en mi mente como un tesoro, no he vuelto a estar con hombres, con Tiare lo tengo todo y más, amistad, cariño, amor, sexo y si queremos compañía y lujuria, llamamos a Pilar.
Todos los derechos Reservados. Prohibida la copia y reproduccion del contenido de este sitio.
CIF: Sensualidad y Erotismo http://www.alondrasensualidadyerotismo.blogspot.com/
Registro (c) Copyright: ® DIN 189297780000
Gerente By: www.copyrightwww.com
0 comentarios:
Publicar un comentario