MI NUEVO DESTINO…MI ENCUENTRO CON EL PLACER (de mi autoría)


MI NUEVO DESTINO…MI ENCUENTRO CON EL PLACER

Perdió su inocencia de la forma que menos esperaba…pero a los 19 años conoció a quien le abriría un mundo de lujuria y placer…entregándola a un destino desconocido



La cuidad estaba en crisis y mi familia había perdido casi todas las tierras que tenía. Mi padre, un hombre muy llevado a sus ideas y controlador hizo todos los preparativos para emigrar a Francia en barco, allá teníamos familia y a la vez, también había arreglado un matrimonio para mí…así podríamos seguir manteniendo la farsa que llevábamos ya por demasiado tiempo.

Había llegado el día, el día donde empezaría mi nuevo destino, una vida escrita por otros para mí, una niña aún de 19 años a la que casarían con un hombre bastante mayor y peor aún…en contra de lo que siempre desee.

Ya en el barco empecé a mirar a mi alrededor y así ver quienes serían mi compañía por el largo viaje. Quisiera decir que la vista me había alegrado pero no fue así, al contrario y más aún, todo estaba pasando sin que yo pudiera hacer nada pero tenía que aceptar…también el bienestar de mi familia estaba en juego.

El viaje era agotador y ya me sentía aburrida, desanimada y unas lágrimas rodaron por mis mejillas, no había notado que el contramaestre me miraba desde hace un buen rato y al darse cuenta de mi sentir extendió su mano con un pañuelo y una sonrisa. Al recibirlo y sentir sus dedos tocar los míos, una extraña sensación recorrió mi cuerpo, mis mejillas se sonrojaron y sólo se me ocurrió correr a mi cuarto. Me tendí en la cama con el corazón algo agitado por la mirada tan atractiva de aquél hombre, no se…algo hizo que mi ser se pusiera tan sensible, mis pezones se pusieron erectos y al tocarlos, una electricidad recorrió cada poro de mi piel. Seguí el recorrido que llega a mi sexo, mis manos se posaron en mi valle el cual latía de una forma muy diferente, un calor emanaba fuertemente y me asusté, ya que era algo nuevo para mí. Mientras más me acariciaba mi respiración aumentaba su ritmo cual galope de un caballo en la pradera corriendo libre…hacia un lugar desconocido.

De pronto sentí una llamada a mi puerta avisándome que ya era la hora de cenar. Traté de calmar aquella sensación extraña que mi cuerpo estaba experimentando y salí a la cubierta del barco para refrescarme un poco e ir a cenar con mi familia. No me había dado cuenta que el día se había escurrido, ya era de noche y el viento comenzó a dar señales que una no muy agradable tormenta se nos aproximaba…el barco empezó a moverse de una forma muy peligrosa, las velas que no soportaban más y el viento que se sentía era muy fuerte y estremecedor. El capitán de nuestra nave, ya había notado lo que se nos venía y les ordenó a sus marineros proceder a sus labores, también nos dijo que tratáramos de amarrarnos como pudiésemos y así evitar caer al oscuro mar. Fue una noche muy larga pero poco a poco fue menguando la tormenta y al sentirme tan agotada me quedé dormida recordando el miedo y la desesperación acompañado de los gritos de los pasajeros. Después de un tiempo, no se cuanto había pasado, pero un candente sol golpeaba mis ojos lo cual me despertó, traté de buscar a mi familia mientras me desataba, sólo me tranquilicé al encontrarlos bajo las velas destrozadas esparcidas sobre la cubierta…me acerqué a ellos y los abracé feliz, estaban bien.

Miré para todos lados y me di cuenta que estábamos desolados, íbamos al garete, sin nada y el palo mayor destrozado, los alimentos cayeron por el fuerte movimiento del barco en la tormenta y la poca agua que nos quedaba teníamos que compartirla entre todos los que estábamos con vida y esperar que algún otro barco pasara cerca o llegara la ayuda que el capitán había pedido antes de caer por la borda…estuvimos casi dos días naufragando en medio de la nada, mi boca estaba cada vez más seca, ya que preferí que el agua que me tocaba la bebiera mi familia. De pronto, sentí un grito del vigía de nuestro barco avisando que algo se acercaba a nosotros…nos alegramos mucho ya que necesitábamos comida y medicinas. Ya cerca, el otro navío se ubicó de tal forma que pudiesen tender la pasarela y así empezaron a abordar unos hombres muy desaliñados y sucios, pero lo más extraño de todo, es que subieron armados y eso me puso muy nerviosa por lo cual me vi obligada a tomar una actitud muy a la defensiva. Uno de ellos, el más alto y mejor presentado, se puso en frente y nos dijo:

-Veo que lo han pasado muy mal pero si no colaboran con nosotros, lo pasarán mucho peor. Necesito que dejen en el suelo todo lo de valor que les queda y a cambio les daremos comida y agua mientras los rescatan…_dijo aquél hombre (lo más seguro era el capitán)

Mientras el capitán se paseaba por la cubierta los otros mafiosos empezaron a recoger lo poco que nos quedaba y a arrancar de los cuellos de las señoras los collares bruscamente. No pude seguir resistiendo cuando le arrebataron a mi madre, de un jalón sus aretes.

-Pero como se atreven a faltar el respeto de esta manera, no se dan cuenta por lo que hemos pasado…_dije casi gritando por la ira y la desesperación que me producía aquel atropello.

-¡Vaya! Nos encontramos a una revoltosa y bastante bella, no me costaría nada tenerla como adorno en mi barco y que me sirviera en mi castillo (refugio del capitán en el barco). Además hace tiempo que no como carne tierna y mis marineros tampoco. Así que cierra tu linda boquita o te la callo de otra forma…_me dijo el capitán mirándome y recorriendo todo mi cuerpo mientras se pasaba la lengua por sus labios.

-¡No! No es que quiera ser revoltosa pero el trato que nos dan deja mucho que desear, exijo un poco de respeto a las damas…_le respondí tratando de acomodar mi ropa desgreñada por lo que habíamos pasado.

-¡Aquí nadie exige nada! ¿No te has dado cuenta de lo que somos? Somos piratas de mar abierto y nos iremos con todo lo de valor que encontremos. Les dejaremos sólo lo necesario mientras vienen por ustedes y quizá me lleve a este tesorito…_me dijo mientras agarraba fuerte mi cabello y me estampaba un apretado beso en los labios.

La impotencia me llevó a escupirle en la cara, él me sonrió y no alcancé a darme cuenta cuando un fuerte golpe en mi cara me botó al suelo, sólo alcancé a escuchar a mi padre gritándoles que no me hicieran daño y me desmayé. No se cuanto tiempo estuve así, pero cuando reaccioné, estaba con mis brazos en alto atada a un poste, mi falda estaba rasgada y mi blusa se caía por mis hombros dejando a la vista casi todos mis pechos y ocultando sólo mis pezones.

-¿Y ahora?...¿Te crees muy potra?...No te portes como yegua sin domar que aquí nadie te va a socorrer. ¡Aquí mando yo! Y si quiero, fácilmente serías comida para mis marineros…_me dijo el capitán quitándome mi cabello largo de la cara.

-¡Por favor…no me haga daño! ¿Dónde estoy?...¿Qué le ha hecho a mi familia?...Por favor dígame algo…_le supliqué llorando desesperada.

-Estás en el Albatros, ¡mi barco! y tu familia debe estar bien, le dejé buen alimento por la joyita que me traje. Eres lo mejor que me he robado…_me dijo sonriendo y acercándose para besarme. Le di vuelta la cara bruscamente demostrándole mi rechazo…

-No, no , no, no te pongas chúcara que no sabes con quien estás. He domado fieras muy peligrosas y una hembra como tú no me las va a ganar, además con un silbido varios de mis hombres te pueden bajar los moños. ¡Que pechos tienes potra! Grandes y duros. ¡Que boca te gastas! Dan ganas de morderlos de tan carnudos e hinchados que son…_me decía jalando mi cabeza hacia él con una mano mientras con la otra enorme y áspera apretaba mi boca, pasó su lengua por mis labios y mi cara.

Me dejó ahí amarrada aún y salió del pequeño cuarto horrible donde me tenían. Me sentía cansada y me dormía a ratitos cortos despertando exaltada. Tenía los ojos cerrados en un trance entre dormida y despierta cuando empecé a sentir un hormigueo en mi vagina, abrí los ojos y vi una cabeza casi perdida en mi conchita que aún estaba virgen. Un asqueroso pirata me estaba lamiendo desesperado, su lengua áspera sabía lo que hacía, pero ¡No!, mi cuerpo era mío. Cerré las piernas lo más brusco que pude pero aquel hombre era demasiado enérgico y las volvió a abrir. No podía soportar lo que sentía, era algo delicioso y nuevo para mí, pero comencé a luchar lo más que pude para separarlo de mí cuerpo.

-¡No!...por favor no siga, déjeme en paz…_le decía entre súplica y goce

-Déjate llevar preciosa no seas mala conmigo…_me decía aquél sucio criminal casi desesperado por degustar mi conchita.

De pronto, empezaron a acercarse dos hombre más, uno sobándose una gruesa y corta polla caminando directamente hacia mi boca y el otro se preparaba para chupar mis grandes y duros pechos. Sentía como aquel maloliente pirata quería meter su pico en mi boca, empujaba su verga contra mis labios y en un arrebato abrí mi boca para que la introdujera y se la mordí, a lo que él respondió con un fuerte golpe en mi cara.

Alguien se aproximaba a la puerta del lugar y los tres hombres se miraron pasmados y se alejaron poco a poco de mi mientras cubrían sus miembros; uno de ellos me hizo una señal con su dedo en la boca para que no dijera nada de lo que allí había ocurrido. Ellos salían y al mismo tiempo entraba el capitán, me vio tendida en el suelo tratando de pararme como podía por las amarras de mis manos, les dio una sola mirada a sus marineros y ellos desaparecieron casi echando humos con sus piernas. El capitán se acercó lentamente y me tomó la cara, de mis labios caían unas gotas de sangre por el golpazo que me habían dado. Tenía miedo y el lo notó, muy despacio posó un suave beso en mi boca y con su lengua lamió la sangre que goteaba de mis labios. Mi cuerpo temblaba y mis ojos no demoraron en producir lágrimas de desolación e incertidumbre, sabía que mi vida estaba en las manos de él.

Me miró y quitó de un jalón la poca ropa que cubría mis pechos, mi corazón empezó a latir rápidamente por la vergüenza de sentirme desnuda por primera vez frente a un hombre y también por los sentimientos encontrados que me producía este personaje, un ser misterioso y cruel, pero ahora demostrando un leve toque de dulzura. Mis pechos estaban a su vista y siguió besándome cada vez más intenso, sus manos comenzaron a masajear mis tetas intercalando a suaves apretones en mis pezones lo cual me produjo una mezcla entre dolor y placer…no pude evitar que un gemido se me escapara desde lo más profundo de mi ser. Al sentirme gemir se desesperó y apretó mi cuerpo contra el de él, acercó su cabeza a mi cuello y empezó a oler mi piel, a besarme y morderme sutilmente, mi cuerpo comenzó a entregarse lentamente…ya no podía seguir luchando contra un inmenso manantial de sensaciones exquisitas, pero mi espíritu no estaba dispuesto a tolerar que le resultaran las cosas tan fáciles.

-Aléjate de mi, suéltame animal asqueroso. Que te crees que soy…para que sepas soy una mujer de familia, con estudios…_le dije al mismo tiempo que esquivaba sus caricias.

No aguantó mis brincos de señorita de sociedad, me agarró sin compasión y muy fuerte del cabello, lamió toda mi cara y después se dirigió a mis pechos succionándolos como animal desesperado.

-Ya no sirven tus alegatos de niña mimada, ahora vas a ser mía y nadie ni nada te podrá librar de ello…_me dijo con la mirada fija en mis ojos, sacó una navaja de su pantalón y cortó la cuerda que sujetaba mis manos al poste sin que ellas se desatasen y me tiró al suelo.

Sólo la falda quedaba en mi cuerpo, pero no demoró en quitarla y ahí, en aquel solitario y sucio cuarto quedé desnuda completamente para ser degustada por ese hombre tan extraño. Separó mis piernas y se ubicó en medio para quedar más en contacto con mi cuerpo, besaba mis pechos…los mordía, lamía mi abdomen y empezó a bajar hasta mi vagina. Traté de alejarlo empujándolo con mis piernas, pero su fuerza se impuso. Rápidamente se levantó y cogió un balde que tenía agua, me miró nuevamente y una sonrisa traviesa se apoderó de su cara. Levantó el recipiente y me lo lanzó al cuerpo, esto hizo que me agitara por la sorpresa y así lograr que me tranquilizara.

-¿Se te quitó lo rabiosa potranca?...¿O quieres que te castigue de otra forma? Tú dime solamente y te aplico una pequeña tortura que mucho no te va a gustar…_me dijo mientras se quitó toda su ropa dejando a la vista su cuerpo definido y esbelto, quedándose sólo con las botas puestas…

No pude evitar no mirarlo ya que jamás en mi vida había visto a un hombre sin ropa, mis ojos no podía quitar la fijación de su miembro ya que este comenzó a crecer cada vez más apuntando hacia el techo…lo cual me causó risa por la vergüenza de semejante espectáculo. Estaba toda mojada y en eso incluyo mi conchita, ya que al verlo tan imponente frente a mí me causaba una sensación que me gustaba…

Se agachó y sus manos recorrieron toda mi desnudez, sus manos grandes y ásperas hicieron que mordiera mis labios para no demostrarle que me gustaban sus caricias. Se ubicó otra vez en medio de mis piernas, besó mi abdomen tembloroso y se acercó ante mi conchita abriendo con su boca mis labios carnuditos. Un calambre recorrió mi ser, su boca besaba desesperada y su lengua jugaba con mi clítoris, que ya estaba duro…pujó contra mi orificio lo cual me dolió y exclamé un quejido confuso.

-¿Te gusta zorra chúcara? Parece que te gusta ya que tus gemidos te han delatado. Ya no quieres huir como antes…_puso su pene duro en mi zorrita y lo empezó a rozar por todo mi sexo colocando su glande en la entrada de vagina pujando fuerte…

-Por favor no sigas, no me hagas esto…_apenas terminé de hablar, ya que había metido la punta de su verga de un viaje dentro de mí…un dolor muy intenso me hizo dar un gemido fuerte y mis lágrimas brotaron mientras mis uñas se clavaron en su espalda, me miró con una sonrisa intrigante…

-¡Eres virgen potra!..._me dijo mientras me acariciaba los pechos manteniendo su pene dentro de mí…

-¡Lo soy!, por favor déjame, suéltame. Me duele lo que me haces…_le dije casi gritando gemidos y tratando de alejarme de él…

¡Que deliciaaaa!, relájate preciosa que tu hombre te va a llevar a otra vida, que rica es tu zorra potra, apretada y deliciosa…siento que me la cortas de tan apretada que estás mamita…_me dijo mientras entraba lentamente en mi conchita, el dolor se hacía cada vez más intenso mientras más me penetraba…

No paró de introducir su verga hasta que sintió mi tope terminando su entrada triunfal con un beso al cual le respondí sin pensar, mi mente estaba apoderada de una mezcla entre miedo, dolor y algo muy extraño que comenzaba a gustarme. Empezó a moverse lentamente sin sacarlo de mi conchita, me abracé a su cuello fuerte para mitigar un poco mi dolor, sus embestidas cada vez más rápidas y sus palabras al oído diciéndome que mi conchita era deliciosa, que era la primera vez que desfloraba a una mujer, hicieron que mi cuerpo empezara a entregarse y mi mente a reconocer un placer nuevo y delicioso. Lo miré fijamente mientras él penetraba mi zorrita y acerqué mi boca a la suya pasando mi lengua por todo el rojo de sus labios.

-Cosa rica, estoy en ti putita, estoy bombeando tu concha y siento que me derrito con tu ardor, estoy clavado en tu vagina y no quiero salir jamás, tus paredes me tienen atrapado y el latir en tu interior me succiona delicioso. Tus labios potra me enloquecen, me tienes desesperado, te quiero atravesar y al mismo tiempo temo hacerte daño…_me dijo atrapando mi boca con sus labios apasionadamente…Sus palabras hicieron eco en mis sentidos y sin dudarlo más le susurré en el oído…

-¡Hazme tuya! Quiero sentirte todo, enséñale el placer a esta mujer, quiero sentir todo lo que antes jamás probé. Deja tu marca en mí, posee mi cuerpo como nunca nadie lo ha hecho, me encanta lo que haces y quiero más, mucho más…_lo agarré de sus nalgas y lo apreté hacia mi para sentir todo su miembro en mi cueva ardiente, ya el dolor no estaba, sólo había en mí una lujuria desconocida que me tenía casi en el borde del éxtasis…

Lo que le dije fue como combustible para sus sentidos, empezó a masajear mis pechos como si los moldeara para sus manos, lo que le era casi imposible por el tamaño de ellos; entraba y salía suavemente metiendo hasta el fondo de mis entrañas su verga dura y ágil, mis caderas parecían que se iban a desarmar, cada vez que él me embutía su pedazo de carne asquerosa de un principio, pero que me otorgaba en placer tan envolvente y profundo que no podía comparar con nada, ni con los manjares más exquisitos que probé en los años buenos de mi familia…Lo quería en mí, ¡Si que lo quería!…de eso estaba completamente segura, ya su cuerpo me era necesario y no podía escapar de esa sensación tan intensa que me entregaba, lo miraba fijamente cada vez que entraba en mi cueva que estilaba, no se como podía meter todo dentro y no romperme, antes temía meter uno de mis dedos y él me introducía hasta casi los testículos, su pelvis rozaba la mía dándome un cosquilleo desesperante en mi clítoris, lo apreté como pude con mis manos aún atadas enterrándole mis uñas en su culo y así tenerlo más dentro de mí…

-¡Que puta te has puesto! Me quieres comer entero, tu zorra pide el pico que la desfloró y yo no voy a negarle ese privilegio…¿Lo quieres sentir todo potrita? Entonces vas a sentir como mi polla te destruye la concha de placer, me tienes caliente con tu cara deseosa y temerosa de lo nuevo que estás sintiendo y eso es lo que más me excita. Eres una mujer deliciosa y te voy a enseñar lo que es bueno…_me dice mordiendo y lamiendo mis labios partidos por el golpe que me habían dado, me agarró del culo y se levantó conmigo atornillada en su pico…

Me subía y bajaba para que sintiera como salía y se desaparecía su verga en mi cueva, yo con mis manos le rodeaba su cuello y así ayudaba a ese placer tan delicioso que era sentirlo clavado en mis entrañas. Miedo ya no tenía, era otro sentimiento el que me invadía…deseo, ganas y desesperación de sentir más de él…mis gemidos profundos acompañaban sus embestidas, la fuerza con la que me penetraba era tanta, que su boca apaciguaba su goce succionando mi saliva y mordiendo mis pechos, los cuales se los entregaba inclinándome hacia atrás y sujetándome de una pared a la cual se había apegado cuando me levantó del piso y comenzó su penetración de pie con mis caderas clavadas en las suyas…algo estaba pasando en mí, no comprendía que era…pero mi cuerpo parecía que iba a estallar, mis músculos se pusieron tensos y la respiración galopaba tan rápido que creí que el corazón se me saldría…

-¿Qué me está pasando? Tengo miedo, algo dentro de mis entrañas quiere explotar y siento que mi mente escapa de mi cuerpo…¿Qué me pasa? Estoy desesperada y es delicioso…_le digo subiendo y bajando lo más rápido que podía de su polla que latía al compás de los míos…

-¡Estás acabando putita! Que rico potra, dame tu orgasmo y no te asustes, vas a sentir algo que jamás olvidarás, moja mi verga con tus jugos calientes, entrégate a lo que sientes que es exquisito…_me dijo sujetándome con una mano por el culo ayudándome con mis montadas y con la otra golpeaba la pared para controlar lo que sentía dentro de él…

Unos calambres extraños y espectaculares estallaron en mi conchita y en mi cuerpo entero, mis gemidos ya fueron gritos de placer, lo apreté fuerte y cerré mis ojos para disfrutar del momento exquisito me envolvía por completa. Mi conchita lo apretaba y lo soltaba, como si quisiera cortárselo y quedármelo adentro…

-¡Que rico siento!...ahhh, ohhh, mmm, que delicioso y profundo, siento que me muero y toco el cielo, pero estoy clavada en ti y no quiero salir jamás…_le dije y apretando mi boca a la de él y así poder controlar los gemidos intensos que se escapaban de mi ser…

Me abrazó fuerte y me desmontó de su verga aún erecta, mis piernas temblaban y me agaché para descansar un poco. Bajó su mano hasta su bota y sacó una navaja…la imagen me dio miedo y más cuando se acercó a mi bruscamente, tomó mis manos y de un solo corte, las amarras desaparecieron. Mis ojos brillantes se posaron en su pico que apuntaba hacia mi boca, él sonrió y comenzó a masajearlo frente a mi…

-¿Quieres lamer y sentir el sabor de tu concha con sabor a mi polla?...así me podrás compensar lo que te regalé…dale muñeca, abre tu boquita y siente como es el sabor de un hombre y el sabor de tu conchita, dame ese gusto…ya ves que te he soltado…_me dijo sobando su verga y acercándose hacia mi boca…

Sin pensar abrí mi boca para que metiera un poco de su carne latiente dentro de mis labios, el sabor que tenía era intenso y estaba bañado de mis jugos…me encantó…lo tomé del tronco sin saber como hacerlo y mi lengua lamió todo lo que había salido de mi cueva. Su mirada no se alejó ni un segundo de mi, sus piernas temblaban, parecía que caería de rodillas…sus gemidos me excitaron y un leve quejido escapó de su boca…

-Me has clavado los dientes muñeca, sólo atrápalo con los labios y con tu lengua rodea mi glande, como si degustaras un caramelo…así preciosa, abre tu boquita jugosa y lame tu verga latiente…_hice tal cual me enseñaba y su desesperación se apoderó de él, parecía un animal en celo, me levantó rápidamente y me volteo, dejándome de espaldas hacia él…

Lamió mi espalda y con sus manos abrió mi culito sobando su pico por toda mi concha y clítoris, continuando con una brusca incrustada en mi vagina, agarró mi cabello y empezó una nueva embestida, pero ahora con más fuerza. Me levantaba con cada penetrada y con sus manos apretaba mis pezones, mis pechos…no pude evitar llevar mi mano hasta mi clítoris y acariciarlo, pasando por sus testículos grandes y apretando ligeramente de ellos arrancando unos gemidos, que hacían que mi piel se llenara de escalofríos…mis dedos jugaban con mi sentir y él bombeaba mi conchita…las contracciones en mi interior asomaban nuevamente, acompañadas por del latir de sus venas, unas clavadas cada vez más intensas y palabras que me hicieron estremecer…

-Cosita rica, ya no puedo más…voy a estallar dentro de tu concha apretada, voy a llenar esa cueva caliente con mi leche que quema…ya no puedo luchar con lo que siento, me voy potrita, exploto dentro de ti…ahhh…_apenas le salieron las palabras, me dio unas clavadas profundas y su leche estalló esparciéndose por todas mis entrañas…Sentí como algo caliente golpeaba en mi útero, unos borbotones de líquido bañaban la profundidad de mis entrañas, lo que me hizo volver a sentir deseos de disfrutar de esos fantásticos espasmos que mi cuerpo había disfrutado…El cuerpo de él temblaba, sus piernas casi se quebraban del cansancio y saciedad. Se apoyó de mi espalda agarrado de mis pechos, su corazón latía rápido, lo sentía en mi cuerpo latiente…

-¡Que delicioso fue sentirte! Eres exquisita mujer, tu interior me derrite y tu piel es un manjar para mis manos, me encantas y me envuelves con tu cuerpo…_me dijo casi sin respiración besando y acariciando todas mis curvas…

Algo en él había cambiado, sus palabras ya eran suaves hacia a mí, me miraba de otra forma, lo cual me producía un deseo que casi no podía controlar…mi conchita quería más y más, algo en mí había despertado un hambre de placer sin límites establecidos…

Me tendió en el suelo y se abrazó a mí por detrás acariciando mis hombros, se sentía delicioso su cuerpo sudado cobijando el mío…hubiese estado así por largo rato, pero se levantó bruscamente y se vistió…salió de aquél cuarto sin decir una sola palabra…

Mi cuerpo seguía encendido, acariciaba con mis manos mi piel y una sensibilidad deliciosa me cubría. Me puse de espaldas con mis ojos cerrados, mis dedos jugaban con mi clítoris que estaba erecto otra vez, era delicioso disfrutar del hormigueo que se apoderaba de mi vagina…

Sin sentir ningún ruido delatador, abrieron lentamente mis piernas y comenzaron a lamer mi conchita deseosa, que exquisito sentía…esa lengua y esa boca devoraba mi cuevita. De pronto unas manos agarraron mis pechos y abrí los ojos, ya que las caricias eran muy diferentes…

-¡Que zorra más deliciosa! Está hinchada de tanto culiarse al capitán, esta si es comida…era un marinero que lamía mi concha metiendo luego uno de sus dedos. También había otro acariciando y mordiendo mis pezones, que ya estaban demasiado sensibles…

-¡Mi capitán ya la volvió puta! Yo le muerdo los pezones y tú le devoras la concha y ella no dice nada…le gusta mira como goza la perra caliente…_dijo el otro…

Fue ahí cuando noté que eran los mismos que me abordaran antes que el capitán me desflorara. Pero esta vez no pude alejarlos, mi cuerpo quería sentir y mis gemidos les mostró mis ganas…El que lamía mi concha sacó su verga y la empujó lentamente en mi cueva, la introdujo hasta las bolas, yo estaba estilando con mis jugos y con la leche del capitán, eso hacía que esa polla más corta y gruesa entrara rico en mi…El otro sacó la de él y se preparó para llegar a mi boca, en eso le ayudé y se la agarré para acariciarla…Que placer sentía en mi concha, sus embestidas me tenían en el borde de otro orgasmo, que no demoró en llegar…mis piernas lo apretaron hacia mi concha y el otro metió su pico en mi boca, la cual chupaba con desesperación por el placer que mi cuerpo disfrutaba…

-¡Está acabando la putita! Es una perra caliente…_decía el marinero, sacó su verga de mi concha y se dispuso a meterla erecta en mi boca…

Me arrodillé y mis lamidas se repartían entre esas dos pollas asquerosas, pero estaba demasiado caliente. Mi chupadas y lamidas hicieron que esos palos escupieran en mi boca y en toda mi cara…No me había dado cuenta y menos aquellos piratas, pero el capitán estaba detrás de ellos…

-¡Fuera de aquí perros malagradecidos! Gritó el capitán y los dos hombres se escabulleron como ratas y salieron del cuartucho en casi un abrir y cerrar de ojos…

Ahí quedé yo arrodillada ante él, limpiando el semen de mi cara, con otro orgasmo más y toda sudada…se acercó a mí con paso firme, sin dejar de mirarme y me agarró del cabello muy fuerte…

¡Eres una puta! Si una puta caliente e insaciable. Te habías comido mi verga y quisiste más…_me dijo y sus palabras volvieron a ser agresivas como antes…

Yo no decía nada, sólo lo miraba con deseo, su postura agresiva hizo que mi cuerpo no se apagara…al contrario, mis ganas se hicieron mucho más firmes…sólo atiné a morder mis labios y a sobar su polla por encima de la ropa. Lo miraba con lujuria, mi cuerpo pedía placer y no podía controlar mis ansias de sentir más y más…le sobaba su verga que comenzó a dar muestras que su sangre ardía…

-¡Abre tu boca! Tienes hambre y te daré comer…_me decía al mismo tiempo que sacaba su pico del pantalón, esa verga que había incendiado mi cuerpo y lo convirtió en un abismo de deseo…

Lo tomé de la base y mi lengua lamió todo su hermoso anillo carnudo, toda su carne comenzó a penetrar mi boca una y otra vez, la cual se abría complaciente para recibir sus embestidas y sobar con mi garganta su glande latiente…con sus brazos fuertes me agarró y con mucha habilidad hizo que mi cueva quedara al disfrute de su boca, era incómodo pero disfrutaba de su lengua y labios que besaban delicioso mi ardiente zorrita. Estuvimos así por un momento y luego me bajó, comenzó a desvestirse mientras lamía su verga deliciosa y mis dedos se perdían en mi caliente concha…lo quería dentro de mí entero y duro, quería volver a sentir como perforaba mis entrañas…

-¡Penétrame por favor ahora! Quiero que me claves tu pico en mi concha, ardo de deseo y quiero que apagues esta calentura con tu leche deliciosa…hazme tuya de nuevo como la primera vez por favor, mi cuerpo tiene un hambre que sólo tú puedes saciar…_le decía casi suplicante mientras él posaba su cuerpo en el suelo...

Me acerqué hasta su cuerpo y me senté en su pico el cual él sobaba, abrió mi culo para meter toda su polla dentro de mi conchita, así la sentí…toda dentro de mí dura y deliciosa arrancando un suave gemido de goce…que rico se sentía ser clavada por su pedazo de carne, entraba y salía mientras mis jugos lo bañaban completamente. Él acariciaba mis pechos que se movían por las cabalgadas que le daba gustosa, mis gemidos subían de grado a la vez que mi placer, sus besos eran exquisitos y me sentía completamente extasiada…De pronto siento como sus dedos acariciaban mi culo, no sabía lo que quería hacer…

-¿Qué haces? Le pregunté sin dejar de montar su verga y sin dejar de besarlo…

-¡Quiero perforar tu culo! Quiero entrar en todos tus orificios, deja que te prepare para meter mi pene dentro de este hoyito apretadito, lo vas disfrutar te lo aseguro, tú sólo entrégate a mi…_me decía al mismo tiempo que me ponía de lado apoyada en el suelo…

Sacó su pene de mi conchita y lo puso apuntando en la entrada de mi culo, empujándolo lentamente. No sabía que decirle ya que me ardía de una forma extraña, me dolía y traté de alejarme de él, ya que no era como cuando me desfloró, lo que hacía me dolía. Él me agarró fuerte por la desesperación de meterlo en mi culo y sentí como si me rompieran cuando introdujo todo su glande…le decía que no siguiera, que me dolía y él sólo me dijo que pronto iba a sentir un placer que jamás olvidaría, que me relajara y me entregara a sentir y que pronto el dolor se mitigaría. Cada vez entraba más en mi culo, mientas sus dedos acariciaban mi clítoris lo cual hizo que olvidara un poco el dolor…mi cuerpo se entregó a sus caricias y el dolor ya no me importaba, la verdad ya no lo sentía, ahora quería que sólo lo metiera y me hiciera sentir más…

-¿Te gusta lo que sientes? Ves que ahora ya no te duele zorrita, ya eres toda mía…tu boca, tu concha y ahora tu culo apretado, que rico te siento mujer y disfruto demasiado como te entregas a mí…que rico potrita golosa, que delicioso es tu culo, siente potrita y siente rico, ya que yo casi exploto…_me decía gimiendo de una forma diferente, más extasiado y eso me tenía casi en el borde, sentirlo como casi elevaba gritos de placer con cada una de sus embestidas, hicieron que mi placer alumbrara el orgasmo más intenso que había tenido…

-¡Clávame el culo, clávalo entero! Quiero sentirlo todo dentro de mí, perfora mi culo cosita, quiero que me atravieses…que rico se siente tenerte dentro de mí, ya no puedo más, siento que mi cuerpo estalla, dame todo…dame con fuerza…_le gritaba desesperada, llorando de deseo…sus dedos perforaron mi concha y desde ahí me empujaba hacia su pene, haciendo que se perdiera en mi culo…

Mi orgasmo llamó el de él y ambos dimos un grito profundo, él me embutía su pico y yo le movía el culo haciendo círculos en su glande, él abría mis nalgas para que me lo comiera todo, esto hacía que su orgasmo fuera más fuerte y el mío también…nuestros gemidos eran intensos y el orgasmo no paraba, era largo y delicioso, sentía que me desfallecía pero su verga me sostenía en la realidad cada vez que me penetraba…

Nos quedamos tirados en el piso sintiendo el vaivén del barco por el mar, cansados y extasiados por tanto placer. Apoyé mi cabeza en su brazo el cual se aferraba a mi pecho agitado. Cansada por tanto disfrute me quedé dormida en sus brazos, sólo me despertó su voz…Abrí mis ojos y él ya no estaba a mi lado, se había vestido y de pié me dijo…

-No puedo quedarme contigo, no puedes seguir en el barco, debo dejarte ir…no podría estar tranquilo sabiendo que en cualquier momento uno de mis marineros va a querer poseerte y no permitiré una rebelión en mi barco. En la primera isla segura que avistemos te dejaré ir…_se acercó a mí, me dio un beso y salió del lugar sin decir nada más…

Y así fue…hizo todos los preparativos para dejarme en una isla que se avistaba cerca, me subía a un bote y un pirata que me observaba me llevaba hasta mi nuevo destino. Mi capitán miraba como me alejaba y yo con miedo a lo nuevo le devolvía la mirada pidiéndole que me dejara a su lado, pero no fue así…Llegamos hasta la orilla y me bajé de aquél bote, el sucio pirata se alejó dejándome agua y fruta…Tenía miedo y miré hacia todos lados, de pronto mi mirada se detuvo en una pequeña cabaña, donde se asomaban unos misioneros acompañados de unos nativos…pero esa es otra historia…





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SABORES DE FAMILIA (primera parte) De mi autoría




Mi hermano, con su tremenda verga, atravesó mi concha,
mi culito virgen y después me penetró doble con un vibrador



Desperté el lunes muy temprano, (mi esposo se había ido el domingo en la noche a trabajar, ya que lo hacía fuera de la ciudad). Mientras preparaba el desayuno de mi hija llama mi esposo, me dice que a la tarde llega mi hermano menor (Jorge de 23 años y yo tengo 26 años) y se va a quedar unas semanas. El motivo era que tenía una entrevista en una empresa relacionada con la computación. Mi esposo le había ofrecido la casa ya que sabe que somos muy unidos, sabía que no me iba a molestar y que me iba a alegrar ya que estaba muy sola en la casa.

Apenas supe, me alegré mucho ya que mi Jorgito chico, mi bebé será mi compañía y tendré con quién conversar. Le arreglé una habitación y puse una fotografía de nosotros dos en la playa, él tenía 16 y yo 19. Estaba ansiosa ya que no lo veo desde hace 3 años, ya que Jorge estudiaba al norte del país y yo vivo al sur.
Después de limpiar la casa y preparar la cena, me fui a dar un baño. Cuando salía del baño tocan la puerta y me dicen desde afuera…

-Hermanita soy yo, el Jorge, ábreme…me alegré tanto que fui sólo con la toalla a recibirlo.

Abro la puerta y lo veo, ya no era mi niño pequeño, era todo un hombre de 23 años, alto1,83 y para que decir, muy apuesto y varonil. Lo abrazo muy fuerte y de la emoción se me cae la toalla, a la altura de mi ombligo la alcanzo a agarrar y me cubro. No puedo negar que sentí algo extraño por todo mi cuerpo cuando lo vi entrar, tan varonil y cuando lo abracé un escalofrío recorrió mi piel, claro que por la emoción de verlo, no pensé mucho en aquél momento.

-Que recibimiento es ese, así sales a abrir la puerta? Cualquiera estaría feliz de que alguien con ese forrazo le recibiera. Mucho cuidadito hermanita…me dijo con una voz ronca y más o menos enojado.

-Menos mal que eres tú. No te enojes tanto. Espérame que voy a vestirme, deja tus cosas ahí después las llevo a tu habitación. En la mesa hay fruta y en el refrigerador hay jugo de mango natural, se que es tu favorito…estás en tu casa.

-Apúrate no más, no quiero que estés así toda pilucha, puede venir alguien y eres mi hermana, ahora estás a mi cuidado, antes lo hacías tú, pero yo seré quien te proteja…me dijo con voz de mando.

-De dónde salió este hombre, recuerda que soy tu hermana mayor y me se cuidar…le dije sonriéndole

-Ya anda y vístete, te puedes enfermar…sacó una manzana de la mesa y sonrió.

Me vestí rápidamente, algo ligero y bajé. Lo abracé otra vez y le dije

-Que bueno que estés aquí, me sentía tan sola. Además hace tiempo que no te veía. Ahora que estás aquí podremos conversar, me la paso todo el día sola, sólo hablo con la Monse chica cuando llega del colegio.

-Pero cómo puedes decir eso? Ya no tienes amigos? Siempre fuiste muy sociable. Tus amigos se peleaban por estar contigo, eras la reina de la fiesta. Que te ha pasado hermanita? Físicamente estás igual y podría decir por la escena de la puerta que estás mucho mejor…dónde te compraste ese par de melones?...antes los tenías grandes, pero ahora son inmensos. Además como eres delgada y de linda cintura se te ven enormes. Menos mal que eres mi hermana o si no cooperabas de frentón. Recuerdo que mis amigos me contaban que se corrían varias en tu nombre, por eso siempre peleaba con ellos…soy tu hermano y era mi deber. Pero tu mirada es triste, estás como apagada…qué te ha pasado?

-No se que me ha pasado, ya nada me entusiasma, me miro en el espejo y es como si no me viera.

-Sabes que puedes contar conmigo…me dijo con una carita que derretía a cualquiera…

-Lo se y ahora que estás conmigo, se que será todo diferente. Recuerda que te voy a sacar provecho, serás mi conejillo de indias.

La semana pasaba, Jorge iba a la empresa y hacía sus diligencias, después llegaba y conversábamos de todo. Siempre me levantaba antes que todos en la casa, como era de costumbre, pero ese miércoles extraño fue muy diferente…digo extraño, ya que ese fue el comienzo de unas muy diferentes sensaciones en mi cuerpo.

Jorge estaba duchándose en el baño y por el vapor dejó la puerta entreabierta, la cortina que cubría la ducha era transparente y se vislumbraba la silueta casi perfecta de mi hermano. Su cuerpo bronceado y desnudo era un espectáculo para dioses. No pude alejarme del lugar, hice lo imposible por mantener mi presencia en secreto y así poder disfrutar de los movimientos de sus manos recorriendo su cuerpo, era alucinante.

Sin darme cuenta, Jorge ya había notado que yo estaba allí y sin ninguna extrañeza me pide si le alcanzo una toalla, mis nervios de sentirme culpable, hizo que al entregar la toalla, saliera disparada del lugar. Creí que me diría algo, pero no hizo ni un sólo comentario, mi apreciación hacia él era diferente y ya nada podía hacer al respecto.

El viernes en la mañana, antes de ir a lo de sus trámites, lo escuché que está discutiendo por celular con una mujer, él le decía que no era su culpa y hablaba de la naturaleza, no pude escuchar mucho ya que el sonido del celular contra la pared me asustó.

-Jorge qué pasa? Le dije luego que salió de la habitación súper enojado… me miró algo extrañado

-Ahora escuchas las conversaciones de los demás?

-No me hables así!...yo estaba pasando por fuera y te escuché discutir, no sabía que pasaba por eso me quedé y escuché algo.

-Qué escuchaste?

-No mucho. Dime qué te pasa por favor. De qué no tienes la culpa

-Disculpa hermana, pero ahora no. Hoy me dan la respuesta en la empresa si es que quedo contratado y no quiero hablar, estoy nervioso. Te parece que a la noche conversemos y nos tomemos unas cervecitas o unos roncitos.

-Si, sería genial

Jorge se va a la empresa y yo empecé a ordenar la habitación, recogí lo que quedó de celular y veo unas fotos en el suelo, las tomé y era él con una mujer abrazados. Ella se veía unos años mayor que Jorge, pero era muy atractiva. Debo decirles que me puse un poco celosa al verlo abrazado a una mujer, yo no le conocí ninguna noviecita y ahora verlo tan apuesto, no se. También me quedó la duda, de si era con ella que estaba discutiendo tan acaloradamente, que era eso de que no es su culpa, la naturaleza. Era una conversación muy extraña.

Era la tarde y llegó mi hija del colegio, estaba muy entusiasmada ya que su mejor amiga la había invitado a una pijamada en su casa, me rogaba que le diera permiso y si se podía quedar todo el fin de semana, que el papá de su amiga la venía a buscar y a dejar. No lo pensé mucho y le dije que si, así estaría más tranquila y podría tomar unos buenos tragos, relajarme y conversar libremente con Jorge, podré preguntarle de la mujer de la foto y contarle con detalles lo que me pasa.

Mi hija ya estaba lista, le preparé el bolso, íbamos bajando la escalera y sonó la bocina del papá de su amiga, me dio un beso y se fue.
Ya eran las 9 de la noche y Jorge no había llegado y tampoco llamado, eso me preocupó un poco, pero las noticias malas son las primeras que se saben. Me dirigí al refrigerador y saqué una cerveza heladita, me senté en el sofá y encendí la tele, pasé por casi todos los canales y me detuve en el canal porno, era una escena muy apasionada y como estaba sola no temí que mi hija se diera cuenta y seguí observando los movimientos y escuchando los gemidos de ellos al sentirse. Estaba muy entusiasmada, que no me di cuenta que mi hermano me miraba.

-Qué está viendo la cochinilla? Mira que gustos tienes ahora.

-No seas así, estaba entretenida y me sorprendiste. Dime mejor cómo te fue?

-Me fue genial, quedé contratado. Traje un roncito y unas cervezas, pero vamos a empezar por las cervezas ya que tú te adelantaste.

Se sentó al frente, empezó a contarme cómo había sido todo, cuánto le van a pagar, etc. Lo que yo quería saber era lo de la mujer, de la conversación que tuvo en la mañana, pero él estaba tan alegre y lo dejé narrar un poco más. Al rato, ya íbamos por la cuarta cerveza cada uno y ataqué con la pregunta del millón…

-Con quién estabas discutiendo en la mañana? Entré a la habitación y encontré todo tirado, también había unas fotos en el suelo…quién es esa mujer con la que estás abrazado? Es tu novia o algo? De qué no eres culpable?...por favor dime, ya que he estado todo el día preguntándome que es lo que pasa.

-Para, para, son muchas preguntas a la vez. Primero quiero saber de ti, no hemos estado solos y no he podido preguntar bien. Dime si eres feliz, si el estúpido con el que casaste es el culpable de esa cara de aburrida. Te ha golpeado a ti o a la niña, cuéntame.

-No, no es eso, el problema creo que soy yo.

-Pero dime que es, no le tienes confianza a tu Jorge? Yo ya te vi en cueros, te conozco entera ahora. Dime lo que pasa. Yo ya soy un hombre y conozco de todo un poco. Cómo sabes si te puedo ayudar.

-Me da un poco de vergüenza, pero necesito hablar con alguien de esto que me está pasando. Lo que pasa es que no me siento mujer, ya no siento mi cuerpo.

-Cómo es eso, explícate bien!

-Ya nada me excita. Cuando estoy con Claudio (mi esposo), no me mojo, siento dolor en vez de placer. Además Claudio no me prepara, sólo me penetra, me da unos cuantos besos y listo. Él no tiene un pene demasiado grande, pero me molesta y el dolor hace que no pueda sentir. He comprado un vibrador, para ver si el problema era él, pero creo que soy yo.

-Pero con un cuerpo como el tuyo, no creo que seas tú. Debería pegarse un una piedra en el pecho a tener tremendo forro durmiendo a su lado, él debería acariciarte, recorrerte entera, aprovechar cada espacio de ti, besarte completa. Debe ser por eso que te duele, ya que según tú, Claudio no tiene un pene muy grande…sus palabras fueron a dar a otro lugar más abajo que mis oídos. Jorge me producía algo muy extraño cuando me miraba y peor fueron sus palabras. Tuve que cortar la conversación para otra parte y opté por preguntarle por lo de la mañana.

-Jorge, cambiando un poco el tema y hablando de ti, qué pasó en la mañana?

-Lo que pasa, es que hablaba con mi ex novia, bueno no hablábamos, discutíamos siempre de lo mismo. Lo que pasa es que yo también tengo un problema y bien grande por decirlo así…tengo el pene muy grande y grueso, mide 22cms de largo y no le he medido la circunferencia, pero esta mujer decía que le dolía la mandíbula cuando se lo metía a la boca. Yo le decía que no era mi culpa y que la naturaleza me hizo así de esta forma. Pero ella no lo soportó y me dejó. Tengo que confesarte que es a la única mujer que se lo he puesto y eso me tiene encabronado. Disculpa que te lo cuente así tan abiertamente, pero también necesitaba hablar con alguien y la única persona en la cual confío, eres tú y sólo tú.

Sus palabras fueron penetrando mi mente y llenándome de imágenes morbosas. No se si sería el trago o la falta de orgasmos en mi vida, no se, pero mi cuerpo era más fuerte que yo y mi mente cómplice de él. La inteligencia desapareció y lo único que salió de mi mente fue la siguiente pregunta, seguida de un delatador suspiro…

-Pero es demasiado grande y gruesa?

Mi respiración entrecortada y no se que cara puse o cómo lo miraba, Jorge sonríe muy travieso. Se acercó y se sentó a mi lado, tomó mis manos, con intención de tranquilizarme. Sucedió todo lo contrario, mi cuerpo empezó a temblar por completo, no me salían palabras…empiecé a pedirle perdón por lo que pasaba, que lo sentía mucho. Las lágrimas no demoraron en brotar, me sentía ridícula y le dije que no se que me estaba pasando, que estaba mal, pero que su presencia producía en mi cosas que creía olvidadas.

-Perdóname Jorge, te lo suplico, esto es algo nuevo para mi…él me calló con un apretado e intenso beso…ese beso, ese exquisito beso, me paralizó, me levanté de pronto y le dije que lo dejáramos así, ya que habíamos bebido bastante y que mejor nos íbamos a dormir. Me despedí de él y subí a mi habitación. Jorge me mira desorientado.

En mi habitación, me recosté en la cama sin ropa, ya que el calor que sentía por el alcohol y la situación en si, hizo que la ropa molestara en mi cuerpo. Traté de dormir, juro que traté, pero mi corazón y mi mente se confabularon y sólo recreaban el momento anterior con mi hermano, sumándole fantasías prohibidas y fascinantes. No sabía que hacer, empecé a acariciarme, gemía, no lo podía controlar, pensar en el beso que nos había unido…era terrible. De pronto sentí que alguien golpea la puerta (sólo podría ser Jorge, ya que estábamos solos), le dije que pase. Le vuelvo a pedir disculpa, parecía ya una tonta, ya que con mi mirada decía todo lo contrario. Él se acercó a mi cama y me dijo…


-Para mi no es nuevo, no te sientas así. Yo he vivido con esto casi toda mi vida, desde que mis pantalones casi reventaban cuando te veía en traje de baño. Recuerdo las pajas que me corría oliendo tus braguitas chiquitas empapadas en tu aroma. Golpeaba a mis amigos cuando hablaban de ti por los celos. Siempre he querido decírtelo, pero jamás me atreví hasta ahora. Cuando llegué y te vi en cueros, no se cómo no te diste cuenta de mi mirada, después en la ducha, sabía que me estabas mirando desde que entraste y hoy después de tus reacciones, me siento en las nubes, ya que me he dado cuenta que igual sientes deseo por mi.

-Pero Jorge esto no está bien, somos hermanos, yo te amo y debería respetarte…me calló otra vez con un beso más apasionado que el anterior y no dudó en introducir su lengua gruesa dentro de mi boca, la cual acepté de inmediato.

Pero mi mente decía que no estaba bien y lo alejé, le dije que no, que mejor me dejara tranquila, que es el alcohol el que nos tenía confundidos, pero él tenía más fuerza que yo y me clavó otro beso. El forcejeo me puso caliente al máximo y ver a ese bello hombre queriendo poseerme, sólo quería sentirlo, no pensé más y me entregué a tan delicioso incesto. La emoción era nuestra guía, nuestros cuerpos se deseaban y ya nada podíamos hacer. Jorge empieza a sacarme la ropa con desesperación…

-Que ricas tetas te gastas hermana, son tan grandes y suaves, tus pezones duritos…que rico cosita mía, porque eres mía y ahora te lo voy a demostrar…mmm… que te siento rica hermanita. Sus palabras me tenían drogada, su boca caliente apretaba mis duros pezones y sus grandes manos masajeaban mis pechos, mientras mi conchita estilaba de placer.

-Jorge, hace tiempo que no sentía tanto placer y tienes que ser tú quién me devuelva esta sensación tan exquisita que creí jamás volver a sentir. Lo besaba, le acariciaba la cabeza, empecé a desvestirlo sin dejar de besarlo, ya que la emoción de tener a mi propia sangre disfrutando mi cuerpo, era completamente alucinante.

-Hermanita, quiero enseñarte lo que el estúpido de Claudio debería hacer contigo entre sus brazos y te darás cuenta que el problema no eres tú, mírate y siente que sólo he besado tus pechos, ya verás de lo que soy capaz de hacerte. Quiero realizar mi sueño de sentirte y hacerte sentir, quiero devorarte por completa…

ya en ese momento me tenía completamente desnuda, sólo con las braguitas negras y él estaba con bóxer, pero su verga chocaba contra mi pelvis queriendo atravesarme…

-Quiero comer tu conchita cosita rica, deja que pruebe tu sabor después de tanto tiempo soñando con hacerlo.

-Has lo que quieras conmigo, soy tuya…dejé de hablar y empiezó a bajar mis braguitas dejando mi almejita a descubierto, ya que estaba toda mojada. Su boca no demoró en acercarse y lamer todo mi jugo, succionaba mi clítoris duro y palpitante y mis paredes vaginales latían sin poder controlarlas, quería que me lo metiera todo.

-Siempre supe que eras una perra, mi hermana es una zorra caliente exquisita, tu vagina es de un sabor único, es delirante. Tu cuerpo me quiere cierto, me desea cierto?...dime que desde que llegué me has deseado, dime la verdad.

Tenía razón, desde que lo vi entrar, cuando lo abracé, mi cuerpo empezó a reaccionar diferente, su mirada y su porte me producía una ansiedad, pero creía que se trataba de el amor de hermana y la alegría de verlo después de tanto tiempo…pero no era así, al sentir su cuerpo cerca, me estremecía y ahora se porque, lo deseaba!

-Desde que llegaste, cada vez que te tenía cerca, quería sentirte más y más cerca… empecé a besar su pecho peludito y muy bien formado, su tronco era ancho y largo (Jorge trabajaba su cuerpo con ejercicios), lamí sus tetillas y bajé cada vez más, le fui bajando los bóxer y le dije casi suplicando…

-Déjame saborear tu polla, quiero lamerla toda, quiero beber tu elixir, dame ese placer.

-Es tuya mi amor, cómetela toda…quiero que saborees lo que pronto te romperá. -Pero no te asustes, ya que seré cuidadoso cuando te penetre, porque lo voy a hacer…

-Fui bajando sus bóxer y me enfrenté cara a cara con un tremendo pene y creo que lo que dijo del porte, fue modesto…

Era una verga hermosa, con un glande precisamente formado, las venas de ese tronco lo hacía más deseosa. Traté, juro que traté de meterme todo ese pedazo de carne dentro de mi boca, quería hacerlo sentir todo lo que mi garganta me permitiera, mis ojos lloraban, sentía que me ahogaba, pero no me importaba, era inmenso ese palo, era exquisito y mejor aún ya que era de mi hermano. Le lamía las bolas

-Siéntate en mi cara, quiero lamer tu culo y tus bolas al mismo tiempo…le dije, puso su culito en mi cara, mi lengua revoloteaba en su culo y con mi mano apretaba y jalaba su gruesa y dura pollona.

-Hermana me estás comiendo el culo…mmm…creo que voy a reventar, deja que te penetre.

-No!... quiero saborear tu primera leche en mi garganta. Me la puso cerca de la boca, la tomé por los testículos y la introduje en mi boca chocando con mi garganta, apretándola y empiezo a ordeñar ese casi gritado orgasmo y a la vez tragando su sabrosa leche.

-Cosita mía…mmm…ohohoh…traga, traga todo

-Dame toda tu leche mi amor, quiero llenarme de ti una y otra vez, quiero que me llenes por todas partes.

Jorge después de ese gran orgasmo recibido por mi garganta, me tendió en la cama y sin demorar un segundo, lo sentí devorando mi conchita palpitante, mi clítoris estaba duro y rojo, mi almeja babeaba y él se tragaba todo mi elixir

-Quiero sentirte dentro…le digo casi delirando.

Jorge agarró su verga que ya estaba dura otra vez y empiezó a rozar mi orificio sin meterla, esa desesperación me estaba matando, la quería dentro, él lo sabía, pero lo hacía a propósito…levantó mis piernas a la altura de sus hombros y comenzó a abrirse paso entre mis entrañas poco a poco. Yo estaba toda mojada, pero su tronco era tan grueso, que le costaba entrar, mi desesperación era cada vez más intensa. Estaba metiéndola hasta que doy un gemido intenso, cuando chocó con mi útero, después de ese magnífico preámbulo, tuve mi primer orgasmo desde hace ya mucho tiempo. Su grueso miembro me estaba atravesando, estaba rompiendo deliciosamente mi caliente y chorreante vagina. Ya dentro de mi vagina, empezó a bombear mi concha con movimientos lentos hasta que le dije…

-Quiero que me cojas fuerte, estoy desesperada, rómpeme Jorge, soy tuya mi amor…él tomó mis piernas en sus brazos y se levantó conmigo ensartada, atornillada en su polla, me afirmó contra la barra que estaba en mi ventana y empezó otro bombeo aún mejor, ya que su pelvis rozaba la mía, otorgando un placer más intenso.

Me subía y me bajaba, yo sujetaba su cuello, no paraba de besarlo. Con sus manos sujetaba mi culo, podía levantarme como él quería…de pronto sentí que sus dedos comienzaron a buscar mi culito (virgen hasta ese momento) sin dejar de empuñar su grueso tronco en mi muy apretado hoyito. Jorge se dio cuenta que estaba a punto de correrme, pero me tenía preparado algo mucho mejor.

-Quiero tu culito hermanita, te juro que seré gentil

-Está bien, pero muy despacio, ya que tienes muy grueso y largo tu pene.

-No te preocupes…me levantó en sus brazos, sacando su verga de mi interior (dejándome con una desesperación, ya que estaba apunto)

Me puso en el borde de mi cama con la cola bien levantada, sacó un poco de mi lubricación, de ese chorro blanco y espeso que brotaba de mi y se untó su palo palpitante y de paso mi culito, pasó su lengua suavemente por mi ano probando mi sabor y no demoró en comerlo apasionadamente.

Su lengua punteaba mi orificio anal intercambiando con sus dedos, tratando de prepararme para la gran empuñadura. Puso su grande y gordo glande en la entrada y empiezó a empujar poco a poco, mientras yo me acariciaba para no pensar en el dolor y el ardor que estaba sintiendo. Lo iba metiendo hasta que atravesó algo dentro de mi y él dio un gran gemido…

-Lo tengo metido hasta las bolas mi amor, ahora voy a meterlo suave…

Ya el dolor estaba siendo reemplazado por un placer diferente y a la vez desesperante. Metí mi mano por entremedio de mis piernas y así poder acariciar y masajear sus bolas, Jorge gemía…mmm…ohohoh…se desesperó y embistió más rápido y fuerte. Me clavaba mi culito y cambiaba a mi conchita, el culito y mi conchita, era exquisito, los gemidos llenaban la habitación. Me tomó por las caderas, sin sacar su verga de mi culo y se recostó en la cama…

-Móntame con tu culo hermanita rica, vamos dame tus mejores movimientos ahora que te tengo clavada como siempre había querido.

Sentada en él, me recosté en su pecho, afirmé mis pies en sus piernas para moverme mejor, Jorge masajeaba mis pechos con una de sus manos y la otra trabajaba mi clítoris. Yo me comía su palo, subía y bajaba de su palo delicioso, bañando su tronco con mis jugos. Con tanto movimiento espectacular, salió a relucir mi vibrador que guardaba bajo mi almohada, le dije si podía darme por el culo y meter el aparato en mi concha.

-Sería genial, cosita. Eres golosa y rica, tal cual te imaginé por tantos años…sacó su pene de mi culo y yo se lo empecé a chupar sintiendo mi sabor (era delicioso). Me puse en cuatro, Jorge penetró mi concha y metió el vibrador por mi culo.

-Que visión hermanita…mmm…eres muy rica, tan complaciente y golosa, eres la mejor, no quiero perderte jamás…mmm…ohhhh…ahhhh.

-Quiero tu pene en mi culo, pásame el vibrador para meterlo yo en mi concha, así me lo podrás meter con más fuerza y rico, quiero sentir como me llenas con toda tu carne…dame fuerte por tu culo, ya que ahora te pertenece…él me penetró el culo agarrando mis posaderas y yo me introducí el bendito aparato. La vibración nos llegaba a ambos, que no pudimos resistir tanta maravilla.

-Hermana, ya no puedo más, me corro…mmm…me voy dentro de tu culo, no aguanto.

-Yo tampoco puedo más…mmm…vamos juntos mi amor, mi gran amor. Tengo mis dos orificios llenos, que rico, dame…mmm…ohhh…ahhh

El orgasmo fue maravilloso, lo mejor que he probado en mi vida. Mi hermano y su tremenda verga, mi culo ya no era virgen y mejor aún, mi culo y mi concha habían sido penetradas al mismo tiempo. Si nos hubiesen visto. Nos quedamos mirando unos segundos y nos besamos tiernamente.

-Eres golosa perrita mía, te gustó? Tenías todo lleno…me encantó, le dije y lo besé.

Al otro día nos volvimos a dar una revolcada aún más salvaje (aprovechando que nadie iba a estar en la casa), pero esta vez alguien nos miraba por la ventana. Pero ya les contaré esa historia


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